El bailoteo en nuestras discotecas se nos va de las manos saecios. Yo es verdad que salgo poco, y cada vez menos... ¡que me agobia a mí la aglomeración!, pero estos días de navidad sí que he salido hasta decir basta. Y claro, uno empieza a conocer mejor el ambiente de cada sitio, la situación, la forma de arrimar cebolleta, el cortejo, la forma de bailar de las mujeres, y como no, la de los hombres. Antes de terminar este párrafo os comentaré que he llegado a la conclusión de que a ningún hombre, subrayado y en mayúscula, le gusta bailar... ¡A ninguno!
Os pondré varios ejemplos en los que seguro que vosotros os sentiréis retratados:
Situación, pub cualquiera de las 4 calles. Entras y ves aquello más apretado que un paquete de tizas cuadradas, empiezas a tantear el ambiente y nada más ver bailar a un chico con una chica ya puedes intuir el tiempo que llevan de relación. Véase:
+ Ahí dale que te pego, si bailas cachete con cachete, pechito con pechito y ombligo con ombligo, te cojo de mano, hago el baile del pollito, me voy contigo a pedir... ¡Esa relación está en la flor de la vida! ¡No llevan ni dos meses Saecio! Bailar tanto partiendo de la base de que a ningún hombre nos gusta bailar solo ocurre cuando se está empezando la relación.
+ Ese baile un poco más suelto, cojo a tu amiga, bailo con ella, te hago a ti las pistolitas, así como el que no quiere la cosa y me alejo un poco... ¡Malamente va eso! ¡Año y medio llevan ya! Y claro, es un baile así, como diciendo: “así, así, que corra el aire un poquito cariño que me agobio tela”.
+ Y luego ya tenemos a ese muchacho que está en la barra apoyado (más del 79%) saludando a su novia desde la barra y diciéndole... ¡Así, así, muy bien, con tus amigas, con tus amigas! ¡Toma que toma! Es aquí cuando claramente observamos que esa relación está consolidada y llevan más de 3 años juntos...
Ya el tema de las mujeres es distinto, a las mujeres les gusta bailar a todas, y con todas, pero con todas. ¡Y ademásssss haciendo coreografías ellas mismas, Saecio! Si no tienen a nadie que baile con ellas (raro caso), ellas mismas se animan y comienzan con bailes sensuales y movimientos pélvicos increíbles...
Cuando deciden salir en manada siempre hay una que destaca entre ellas, esa es la que lleva la voz cantante (es como si fuera la directora). Y obviamente, luego está la que rompe la coreografía y automáticamente se siente desplazada o cae en gracia.
¡Qué bien nos lo pasamos bailando, leche! ¡Que nos gusta mover el body!
Terminaré diciendo que, si la noche ha salido a pedir la boca, hemos ligado, hemos disfrutado y nos hemos sentido como Elvis en su mejor momento de la vida, cerramos la noche con churros en el Parrilla Pasaje. Es así como un buen almeriense se va a la cama...
¿Compartís conmigo este breve apunte? Estamos en lo cierto, ¿no? ¿Quién baila mejor? ¿Hacemos mucho el ridículo los hombres?
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