¡Rebajasssss señoraaaa! ¡Rebajassss!

Cierto es, y siempre se ha dicho, que a los almerienses nos encantan las rebajas, las cosas gratis y de poco esfuerzo. ¡Pero no sé yo, porque es verdad que esto de poco esfuerzo no tiene mucho!

El otro día me monté en mi coche y decidí irme como alma que lleva al diablo al Alcampo, para ver qué se cocía por allí y qué prendas y objetos -que nunca utilizaremos pero que compramos porque están en rebajas- me podrían valer...

La sensación al entrar al centro comercial fue asfixiante. La calefacción estaba al máximo y, claro, con tanta gente que había allí metida calor y un olor un tanto desagradable es lo que más se sentía. Total, que así me apeteció comprarme ya más bien cosas de cara al verano. Que si un bañador, una camisetita de tirantas, unas chanclas...

¡Las pocas tiendas con rebajas tenían un follón ahí liado que pa’ qué! Unas montañas de ropa… ¡que no se veía nunca el fondo! Porque otra cosa que pasa aquí mucho es que a los almerienses nos gusta eso de revoltijar todo y dejarlo todo ahí tirado. Si pone que solo hay M y S, y tú usas una XL, ¡pa que remueves tanto la ropa chiquillaaaa! ¡Venga a revoltijar, y venga a revoltijar!  ¡Pobreticas esas dependientas cuando termina la jornada laboral y tienen que arreglarlo todo y colocar tanta prenda en su sitio!

¡Un pestazo a sobaco en el probador! ¡Y esa música tecno a todo volumen! Que no saecio, que no... ahí tienen que poner a Mozart o a Vivaldi, porque claro escuchas esa música y te dan ganas de hacerlo polvo todo en la tienda o medirte un gin tonic y bailar..

Yo allí en mitad del Pull&Bear con un estrés y una ansiedad… ¡DIOS MÍO DE MI VIDA! ¿Dónde están aquí las rebajas? ¿Dónde está aquí lo rebajao? ¿Dónde está la ganga de mi vida? Pa’ ir a las rebajas tienes que estar bien de los nervios, planificarlo bien todo, con el plano de la tienda para en cuanto abra, y que aún están todas sus cosas bien puestas, ir directamente a por el producto.

Que luego claro, también está esto… Ponen ahí las cosas bonicas, justo al lado de las rebajas, obviamente que te enamoras de algo, haces media hora de cola y cuando llegas a pagar te dice la muchacha que es de nueva temporada. ¡Y ya te han engañado! ¡Qué vas a hacer, después de perder tanto tiempo agobiado perdío, pues acabas llevándotelo!

Antes las rebajas empezaban el 7 de enero, ahora lo han cambiado, ya hay desde el 23 de diciembre. ¡Total, que cada uno pone las rebajas cuando le sale del papo! En fin, yo ya no voy más a las rebajas, a partir de ahora compraré online. Me ahorro colas, pestes; me ahorro el mal rato y encima me lo traen a mi casa. ¡Que he llegado a mi casa con un estrés y una ansiedad que pa’ qué! ¡Pa’ cuatro calzoncillos que me he comprado!