Un mojito playero con ingredientes inesperados

Tras un análisis encargado por un medio nacional, se han encontrado muestras de comida y bebida de los vendedores ambulantes con restos de E. Coli

Un laboratorio encuentra restos fecales en los mojitos que se venden en la playa.
Un laboratorio encuentra restos fecales en los mojitos que se venden en la playa.
Cadena SER
19:12 • 16 ago. 2017

La playa de la Barceloneta, en Cataluña, es una de las más masificadas y concurridas de toda España. Entre sus múltiples servicios, uno de ellos es el que ofrecen los vendedores ambulantes al grito de “¡Cerveza, cola, beer!”. El mayor de los beneficios es que no tienes que moverte de la toalla para calmar tu sed, algo que cambiará cuando leas este artículo publicado por Cadena SER.




El laboratorio MicroBac (a petición del diario El País) ha analizado varios productos que se ofrecen, en concreto, una sangría, un mojito, un bocadillo y una empanadilla. Los resultados son más que alarmantes; a excepción de la sangría, en todas las muestras se han hallado restos de E. Coli, lo que se traduce en restos fecales con niveles muy elevados a los permitidos. Ésta es una bacteria común que se encuentra en los intestinos de humanos y animales.




El laboratorio argumenta que la sangría ha dado los resultados correctos porque el alcohol actúa como un desinfectante, además no es artesana sino de cartón, por lo que la bebida ya ha pasado por un proceso de prevención de bacterias.




Mala manipulación
En cuanto al resto de alimentos, se han hallado diferentes indicadores tal y como explica la directora de MicroBac. Por un lado, los aeróbicos mesófulos y las coliformes, indican cómo se ha elaborado el alimento. Los staphylococcus y escherichia coli (E. Coli) demuestra que la higiene con la que se manipulan los productos no es la adecuada. La presencia samonella s.p y la lysteria monocytogenes, que son las bacterias que pueden provocar infecciones alimentarias.




Los niveles son muy superiores a los permitidos, en el mojito la presencia de estas bacterias debe ser inferior a 10, y en los análisis esta bacteria se multiplica por 72. El bocadillo de queso no debería superar el valor de 1.000 y en este caso presenta un valor de coliformes de 6.000. Estos niveles son perjudiciales para la salud, pero los expertos advierten que dependen mucho de los problemas de salud que tenga cada persona.




La directora del laboratio Carmen García Anglada, sólo encuentra una explicación: "Puede que el manipulador no se haya lavado las manos y haya contaminado el hielo y/o el envase".






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