Las 629 personas de 26 nacionalidades que forman la flota del Aquarius han culminado hoy su llegada al Puerto de Valencia tras superar una travesía de ocho días por mar. ‘Esperanza del Mediterráneo’, el dispositivo de acogida de los tres barcos, movilizó a un total de 2.300 personas entre voluntarios, sanitarios, policías, traductores y otros efectivos.
El navío Orione de la Armada italiana fue el último en llegar completando así el periplo de la flotilla, que arrancó el lunes después de que Italia y Malta se negaran a recibir a los refugiados y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, diera instrucciones para su acogida. El desembarco se ha prolongado durante más de siete horas, desde que al amanecer se empezara a vislumbrar entrando por la bocana del muelle el Dattilo de la Guardia Costera de Italia. El Aquarius, el buque que da nombre a la flota, le tomó el testigo horas después.
El éxito y la cara más humana del operativo ha quedado enmarcada con las sonrisas, cánticos y la “actitud de esperanza” que se han encontrado los sanitarios que han atendido a los migrantes y el operativo que les ha recibido a pie de muelle, destacando su “lección de civismo”. El primer balance médico fue positivo a pesar de la fatiga de la travesía. Algunas embarazadas fueron trasladadas a hospitales y los menores y adultos fueron asistidos, ya que presentaban más patologías leves de lo esperado, la mayoría quemaduras y escoriaciones de piel.
Procedimiento
Un joven de 29 años de Sudán del Sur fue el primer migrante identificado. El dispositivo continuó para que todas las personas pasen este proceso y se inicie el procedimiento de acogida, para la que se ha ofrecido a colaborar Francia y ayuntamientos de toda España. A partir de ahora, pasarán por centros de acogida con el objetivo de respetar la agrupación familiar y la unidad de los menores. Las mujeres a bordo de la flota recibirán atención especial para detectar si han sido víctimas de trata. Todos los migrantes del Aquarius tendrán autorizada una entrada extraordinaria a España por motivos humanitarios de 45 días.
Reacciones: Iglesia y colectivo 'CIEs NO'
El colectivo ‘CIEs NO’ aseguró tras la llegada de los migrantes que en los centros de internamiento “se vulneran derechos fundamentales” de las personas internadas en estos, por lo que han advertido que “no permitiremos que los migrantes del Aquarius puedan entrar en un centro de internamiento”. Otra reacción fue la de cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien espera que los sucedido con el Aquarius sea “el principio del fin para que luchemos contra la esclavitud que viene provocada por la falta de soluciones a la pobreza”.
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