Acaba el Pontificado de Benedicto XVI

Acaba el Pontificado de Benedicto XVI

Europa Press
20:11 • 28 feb. 2013

Con gritos de ´Viva el Papa´ y aplausos, las puertas del Palacio de Castel Gandolfo se han cerrado a las 20,01 horas de este jueves, momento en que la Guardia Suiza se ha retirado, dando por finalizado el Pontificado del cardenal Joseph Ratzinger tras 2.872 días, dos horas y 10 minutos, intensos hasta el último, más aún desde que el pasado 11 de febrero, Benedicto XVI anunciara su renuncia por falta de fuerzas y por el bien de la Iglesia, convirtiéndose en el primer Papa que renuncia en 700 años. "No abandono la cruz", precisó en su última audiencia, aunque días antes había indicado que permanecería "oculto para el mundo".


El 19 de abril de 2005 a las 17,50 horas empezaba a salir humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina y pocos minutos después, comenzaba el repique de campanas en Roma. Había sido elegido el sucesor de Juan Pablo II en el cuarto escrutinio, en el segundo día de Cónclave. Cerca de una hora después, el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez pronunciaba las palabras esperadas ´Habemus Papam´. Joseph Ratzinger, bajo el nombre de Benedicto XVI, era el nuevo Papa.


Tal y como indicaba el ahora ya Papa emérito este miércoles en su última audiencia general en la que estuvo arropado por unos 150.000 fieles y cerca de 70 cardenales, la barca de San Pedro, es decir, la Iglesia, ha pasado durante sus ocho años de Pontificado por días de luz en los que las aguas estaban tranquilas, como podrían ser las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia y de Madrid, y otros en que la barca ha tenido que atravesar aguas agitadas, como serían el caso Vatileaks o la lucha contra los abusos sexuales.




Concretamente, el escándalo de la filtración de documentos reservados, que ha concluido con la concesión de la gracia por parte de Benedicto XVI a su exmayordomo, Paolo Gabriele, ha sido el último viaje entre aguas revueltas en las que ha tenido que navegar el Pontífice, un caso que comenzó cuando aparecieron publicados documentos privados del Papa y por lo que el Vaticano abrió una investigación criminal el 16 de marzo de 2012.


La policía vaticana arrestó al exmayordomo del Papa, Paolo Gabriele, que fue sometido a un juicio por parte del tribunal vaticano en el que fue declarado culpable por el delito de robos con agravantes y que concluyó con su encarcelamiento en una celda del cuartel de la gendarmería vaticana. Además de la investigación formal, el Papa instituyó la comisión cardenalicia encabezada por el cardenal español Julián Herranz. No obstante, sólo el próximo Papa, aparte de Ratzinger y los tres cardenales de la comisión, conocerá el contenido de dicho informe.




Además, ya desde antes de ser elegido Papa, Ratzinger tuvo que asumir un papel difícil como prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, al frente de la cual le puso Juan Pablo II, en la lucha contra los casos de abusos sexuales por parte de miembros del clero que entonces empezaban a emerger en países como Irlanda o EE.UU.


Durante su Pontificado, Benedicto XVI se ha reunido con las víctimas de abusos a las que ha pedido perdón y también en mayo de 2011 envió, a través del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal William Levada, una carta circular con el modo de actuar frente a estos casos a todas las Conferencias Episcopales del mundo, las cuales a su vez han tenido que redactar sendas líneas guía de actuación.

En este documento, se apunta a los obispos la necesidad de "cooperar" con las autoridades civiles y de "remitir a las autoridades los delitos" de abusos sexuales cometidos por clérigos, personal religioso o laico. Asimismo, indica que deben estar "dispuestos a escuchar a las víctimas y a sus familiares" y que el obispo tiene la obligación de remitir el caso a la Congregación vaticana.

No obstante, en estos ocho años la barca de San Pedro, conducida por Benedicto XVI, también ha encontrado, tal y como dijo el Papa emérito en su última audiencia, días de "pesca abundante" entre los que pueden contarse las Jornadas Mundiales de la Juventud. De hecho, el primero de sus 24 viajes fuera de Italia fue el que realizó a su tierra, Alemania, con motivo de la JMJ de Colonia en el año 2005.

Sin embargo, la que queda más cercana en el recuerdo de todos es la JMJ que se celebró en agosto de 2011 en Madrid, en la que participaron cerca de dos millones de jóvenes. En aquella ocasión, Benedicto XVI lanzó mensajes que aún siguen de actualidad como el que envió a los jóvenes que buscan un empleo digno o el de responsabilidad ante la crisis económica. Además, resistió ante la fuerte lluvia y el viento junto a los jóvenes en la Vigilia de Cuatro Vientos, donde lanzó un espontáneo: ´¡Sois más fuertes que la lluvia!´.




Precisamente, España fue el destino de dos más de sus visitas, una a Valencia en 2006, con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, viaje que se vio ensombrecido por el accidente mortal de Metrovalencia, en el que murieron 43 personas, que fue motivo para que Benedicto XVI alterara su agenda para rezar un responso por las víctimas en la estación siniestrada y encontrarse con sus familiares. Además, en 2010, visitó Santiago de Compostela donde ofició una Santa Misa con motivo del Año Santo Compostelano y Barcelona, donde presidió otra Eucaristía de dedicación de la Sagrada Familia.

Uno de sus últimos viajes apostólicos fue el que realizó a México y Cuba del 23 al 29 de marzo de 2012, países donde dejó mensajes a favor de cambios y libertad, en contra del embargo en Cuba y en contra del narcotráfico y la violencia en México. Asimismo, en su último viaje, con destino a Líbano, con motivo de la firma y publicación de la Exhortación Apostólica Postsinodal de la Asamblea Especial para Oriente Medio, aprovechó para exhortar al cese de la exportación de armas a Siria y para llamar a la paz en Oriente Próximo.


Aunque si algo ha marcado su paso por el ministerio petrino, además de lo novedoso de su renuncia, han sido sus encíclicas. Cuando los expertos pensaban que todo el Concilio Vaticano II estaba exprimido en los textos de Juan Pablo II, Benedicto XVI sorprendió en 2005 con ´Deus Caritas est´, en la que profundiza en el amor de Dios; en 2007, con ´Spe salvi´, sobre la idea de la esperanza en la vida eterna y en 2009 con ´Caritas in Veritate´, en la que aborda los temas del desarrollo de los pueblos y de las desigualdades sociales en el marco del principio de la crisis económica. Así, aunque de cardenal pasó a ser Papa y de Papa a Romano Pontífice Emérito, nunca ha dejado ni dejará de ser un gran teólogo.

El ya Papa emérito, que por el momento deja "huérfanos" a los obispos de todo el mundo vivirá provisionalmente en el Palacio de Castel Gandolfo, la residencia de verano de los Papas, hasta que se traslade de nuevo a la Ciudad del Vaticano, donde residirá en el convento Mater Ecclesiae, estudiando y orando, más aún estos días por la elección del nuevo Papa, pero, eso sí, de aquí en adelante, permanecerá "oculto para el mundo".

A partir de ahora, Benedicto XVI será llamado Papa emérito o Romano Pontífice Emérito y se vestirá con la sotana blanca simple aunque no está previsto que luzca el pequeño ´mantel´ sobre los hombros. Tampoco llevará sus zapatos rojos y, en su lugar, usará unos mocasines marrones que le regalaron en su viaje a León (México) porque el Pontífice los aprecia y son cómodos.

Además, según ha explicado a Europa Press el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, el anillo del Pescador de Benedicto XVI que el Papa ha llevado en el dedo anular de su mano derecha durante todo el Pontificado no será destruido del todo sino "anulado", es decir, rasgado con una raya o una cruz para que quede "inutilizable".



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