“En el minuto 86, en una jugada en la que me acerqué a los banquillos para advertir a los visitantes, me lanzaron un perro desde la grada, sin llegar a impactarme”. Cuando en la sede de la federación abrieron el sobre que contenía el acta con este apunte del colegiado, posiblemente tuvieron que repasarla unas cuantas veces para convencerse de que lo escrito en el papel era lo que acababan de leer.
El campo ‘José Juan Rodríguez’ de Olula del Río acogía en el domingo, 9 de febrero, el partido entre el Comarca del Mármol y La Cañada. Pocos minutos antes de que el árbitro diera el pitido final y señalara con sus manos el túnel de vestuarios, se cercó a la zona de los banquillos para pedir tranquilidad a los jugadores y técnicos del equipo visitante. Desgraciadamente, la caída de latas de refrescos, envoltorios de todo tipo y otros materiales en señal de protesta se da con demasiada frecuencia en los campos de categorías como la regional preferente. Lo que nadie esperaba era la caída de un perro junto al colegiado.
Un incidente inesperado
El can, por increíble que parezca, había salido disparado de las manos de un aficionado desde la grada. La surrealista y a la vez cruel escena (por el intento de agresión al árbitro y sobre todo por el animal, que quedó aturdido según algunos de los espectadores que presenciaron lo ocurrido) dio pie a otra polémica.
El dueño del perro, que no fue quien lo lanzó al campo, se abalanzó inmediatamente sobre el presunto agresor al ver lo que había sucedido con su mascota. A partir de aquí, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado presentes se encargaron del resto y de interponer, si procedía, la denuncia correspondiente.
Polémica y bronca
El enfado del dueño del can estaba justificado. Al propio lanzamiento del pequeño perro se le sumó el agravante de que, en Olula del Río, el graderío no está a pie de campo. Al contrario de lo que sucede en otros campos de la categoría, la distancia entre la grada y el terreno de juego es notable, rondando los tres metros aproximadamente.
En este sentido, los incidentes no fueron a más y el colegiado, miembro de la Subdelegación de Albox, pudo retirarse junto a sus asistentes sin mayores complicaciones. Como está obligado a hacer, dejó constancia en el acta del insólito episodio vivido. Por cierto, ganaron los de casa por tres goles a uno.
Sin precedentes recientes en la provincia:
En los últimos años no se recuerda en la provincia intento de agresión alguno en campos de fútbol que haya sido protagonizado por un animal. No son muy remotas las veces que algún animal despistado obliga a detener un partido o hace su aparición en el terreno de juego, aunque nunca como arma arrojadiza sobre el colegiado o alguno de sus asistentes.
Es cierto que en categorías profesionales los lanzamientos de materiales estrambóticos son más conocidos, como cuando una moto cayó desde la grada en Italia durante un Inter de Milan-Atalanta o la recordada cabeza de cochinillo del Camp Nou en 2002.
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