Las suspensión del Negratín pone en jaque 19.000 hectáreas agrícolas en el Almanzora

Los regantes pagarán de su bolsillo una nueva desaladora en Cuevas al no arreglar Acuamed la que está rota desde hace cinco años

Pantano del Negratín, en el Guadiana Menor, del que la sociedad Aguas del Almanzora dispone de una dotación de 43 hectómetros que ahora no puede util
Pantano del Negratín, en el Guadiana Menor, del que la sociedad Aguas del Almanzora dispone de una dotación de 43 hectómetros que ahora no puede util
Manuel León
01:00 • 06 sept. 2017

La suspensión esta semana del agua procedente del Negratín a los campos del Almanzora ha empezado a hacer mella en los agricultores de esa comarca que suma 19.000 hectáreas en cultivo y 30.000 jornales en el punto álgido de la campaña.




Se trata sobre todo de campos de lechugas y otras hortalizas al aire libre e invernadas las que han quedado secas por la decisión de la Confederación del Guadalquivir de cortar el grifo del Trasvase al Levante almeriense.




Ha sido ésta una resolución amparada por Ley que especifica que cuando el agua embalsada del Negratín baje de los 210 hectómetros, o lo que es lo mismo del 30% de su capacidad, se procederá a la suspensión de los aportes, como ha ocurrido. La merma de reservas en los  embalses de cabecera  que lo  alimentan -los de El Portillo, San Clemente y la Bobera, junto a la Sierra de Cazorla-  han precipitado este corte tutelado por el Plan Hidrológico de Cuenca
Los regantes del Almanzora  se sienten, por tanto, impotentes ante la inminencia de la campaña de otoño y por la falta de recursos hídricos para sacar adelante las primeras plantaciones de lechuga. Miran a la Administración y recuerdan que se cumplirán ahora cinco años desde que la desaladora de Cuevas se averió por la riada de San Wenceslao y desde entonces no ha sido reparada.




Mientras tanto, se da la paradoja de que tienen que seguir amortizando el crédito de las obras del Trasvase a razón de cinco millones de euros anuales sin poder disponer de una gota de ese caudal.




El presidente de la Federación de Regantes de Almería (Feral), José Antonio Fernández, ha señalado que “con la falta de agua se van a reducir en un tercio las plantaciones de lechuga con respecto a la campaña pasada, solo van a poder sembrar las comunidades que tienen algo de agua embalsada y se van a perder muchos jornales de trabajo”.




Los  cítricos se salvan
Las cosechas de cítricos de  zonas como El Saltador de Huércal-Overa si van a poder salvar la cosecha  in extremis gracias a los 50 o 60 litros caídos hace una semana.




La pérdida de los 43 hectómetros del Negratín se suma a los 20 hectómetros que se no reciben del Tajo-Segura y los 15 que nunca llegaron a suministrarse de la desaladora de Cuevas, lo que supone un déficit de 78 hectómetros con respecto a las previsiones para la nueva campaña agrícola.




La organización Asaja en Almería también ha lamentado “la falta de previsión política que ha dejado a cientos de agricultores del levante sin poder plantar en otoño”. La Asociación que preside Francisco Vargas ha vuelto a reclamar que se lleve a cabo un Pacto por el Agua que garantice todos los regadíos.


Vargas recuerda también que “la desaladora de Rambla Morales está parada y se podría poner en marcha para suministrar agua con carácter de urgencia lo que permitiría a la Desaladora de Carboneras poder realizar más aportaciones de agua al Levante”. Por ahora, a pesar de la grave crisis por la que atraviesa el campo del Levante, del que viven miles de familias, no se ha convocado una reunión de la Mesa Provincial por el Agua.


Los regantes del Andarax sí han conseguido solventar los primeros riegos tras la suspensión de El Bobar con los 14.000 metros cúbicos de la Desaladora de Almería y el Poniente tiene agua asegurada, por ahora, con los 7,5 hectómetros de la  Desaladora de Balerma y los pozos de las distintas comunidades de regantes.


Nuevo proyecto de desaladora
La desesperación por la falta de agua de la sociedad Aguas del Almanzora -compuesta por varios miles de agricultores, junto a la Junta Centra de Usuarios con más de una veintena de comunidades de regantes- es tal que han llegado a plantear traer agua para regar en barco procedente de deshielos y también la adquisición de derechos de agua de otras cuencas.
Ahora el rizo se ha rizado con el proyecto presentado para construir una nueva desaladora en Cuevas del Almanzora que pagarían -como el Trasvase del Negratín- de su propio bolsillo.  Se daría así una paradoja rayana en sainete: los regantes tienen que promover una nueva desaladora porque la que hay en el mismo lugar, construida en zona inundable, la sociedad  pública Acuamed no se ha hecho cargo de su reparación en cinco años.
El proyecto de 30 hectómetros, relatan desde la propia sociedad, ha sido ya presentado ante la Junta de Andalucía para recibir algún tipo de subvención, puesto que Aguas del Almanzora está dispuesta a llevarlo a cabo. En tres años calculan que estaría sirviendo agua a los campos de hortalizas de la zona.
Sería un duro golpe para el Ministerio de Agricultura, del que depende Acuamed, que no ha sido capaz de arreglar la desaladora de Cuevas en un lustro, “mientras que otras obras pendientes en comunidades como Cataluña y Valencia las ha ejecutado en su integridad”, señalan.


Sin  agua no  hay  futuro
Directivos y gerentes agrícolas del Almanzora y del Levante como Javier Serrano, Lorenzo Belmonte, Fernando Rubio, Matías Gómez Cervellera, Pascual Soler o Gonzalo Rojas han coincidido siempre en señalar que, sin agua, la comarca no puede ser productiva, sin recursos hídricos no se puede competir en los mercados, porque sin agua no hay producción y  tampoco hay turismo.
La actividad hortofrutícola y la llegada de visitantes son las dos principales fuentes de ingresos del PIB en esa comarca almeriense que, a pesar de las últimas lluvias caídas la pasada semana, sigue aún teniendo unos campos muertos de sed.



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