Tal como Almería es tierra de invernaderos, también lo es de algo tan primitivo como es el ejercicio continuo de prueba -error. Así ha ido evolucionando desde hace medio siglo la agricultura intensiva, incorporando aliados como el enarenado o los bichos y antes aún con los engarpes de la uva o con la simiente del cereal. Así ha sido desde el Neolítico. De ese ‘no miedo’ del campesino almeriense al ensayo emerge la continua evolución de un sector que no se apea de abanderar el PIB provincial.
Aunque los ‘cinco grandes’ (tomate, pepino, pimiento, berenjena y calabacín) siguen monopolizando la facturación de las comercializadoras hortofrutícolas, distintas instituciones como Las Palmerillas de Cajamar, Anecoop, Ifapa o Tecnova no abandonan esa querencia natural del campo almeriense a acercarse cada vez más a la excelencia en saber y sabor y colonizar nuevos experimentos con nuevas variedades. En el caso de la Fundación de la Industria Auxiliar de la Agricultura (Tecnova) estos días está trabajando en la obtención de nuevas variedades comerciales de pitaya -un fruto parecido al chumbo de color encarnado y blanco- adaptadas a las condiciones climatológicas de temperatura y humedad en Almería. También se ha incorporado la guanábana (parecida a la chirimoya) para estudiar la adaptación de estos cultivos subtropicales al invernadero almeriense, analizando parámetros de crecimiento, calidad de los frutos y análisis postcosecha.
Para ello se están realizando cruzamientos dirigidos manuales para desarrollar una variedad con mayor rendimiento y con alta concentración de compuestos funcionales. Otro de los cultivos subtropicales cuyos ensayos se convirtieron en un boom en Almería es la papaya, creándose la asociación Papayal. La gerente de Tecnova asegura que “el problema de la papaya en Almería es que se necesita incorporar calefacción en algunos periodos y eso hace que no compense si no se obtiene un alto volumen de kilos.
Las variedades de pitaya con las que se ensayan en la finca experimental de Tecnova provienen de Latinoamérica y Asia, donde se polinizan con murciélagos. Aquí se hace con abejorros y debe de ser siempre a una hora muy temprana. En El Ejido ya hay fincas como la de Antonio Miras con cultivo de pitaya y también en Anecoop. El precio de mercado de este fruto oscila en torno a los siete euros el kilo en origen para el agricultor, aunque su progresivo aumento de superficie en las últimas campañas en la zona tropical de Granada ha hecho que baje un poco su cotización.
Tecnova también está realizando un estudio postcosecha del pacano, un fruto parecido a la nuez, pero sin arrugas en la cáscara, en colaboración con el Ifapa de Málaga. Teresa Turiño, Técnica Investigadora presentó los resultados en torno a los estudios de conservación de la nuez Pacana.
Operación pistacho
Desde el área de Producción Vegetal de Tecnova se trabaja también en el proyecto Chiotec para la mejora de la productividad del cultivo del pistacho. El centro tecnológico trabaja en colaboración de las empresas Almeriplant, Agrobío, Biocrisara e Iberopistacho. En Almería hay, por ahora solo cultivos aislados de este fruto muy localizados en la zona de Los Vélez porque requiere de frío y altura.
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