La reducción de jornada alerta al agro y al turismo almeriense

Los teléfonos echaban humo ayer en las organizaciones empresariales de la provincia. La noticia de la nueva semana laboral pasando de 40 a 37,5 horas, anunciada al alimón por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, se ha sentido en las empresas almerienses como un jarro de agua fría por la incertidumbre que genera y las consecuencias para el tejido productivo.

En términos generales, la economía almeriense, basada en un alto porcentaje de su PIB en sectores como la agricultura y el turismo caracterizados por picos de demanda, tendría más problemas que otras provincias para adaptarse a la  nueva semana laboral propuesta por la coalición PSOE y Sumar. 

El presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Parra, considera que “la reducción de la jornada laboral es un despropósito que  afecta a trabajadores y empresas pero dejando fuera a estos agentes sociales”. Añade que “además va a ser un grave problema sobre todo para la pequeña y mediana empresa que es   la mayor parte del tejido productivo de la provincia y que nos deja a los pies de los caballos”.

Los empresarios almerienses consultados apelan también a la pérdida de productividad que puede padecer la economía almeriense como consecuencia de que el PIB provincial pivota en su principal porcentaje en sectores como el agro intensivo condicionados por una actividad con grandes picos de demanda.

“No somos EEUU ni Alemania para poder tomar este tipo de acuerdo unilaterales por decreto, hemos detectado durante todo el día una gran preocupación porque esto es una locura y los autónomos también lo van a pasar muy mal si esto cristaliza y en Almería aún peor”, declara Parra.

El presidente de la Cámara de Comercio pone como ejemplo los problemas que se pueden derivar del acuerdo de coalición verbalizado por Sánchez y Díaz como un hotel en verano que tenga  que doblar turnos y deje de ser competitivo, “y lo mismo en la agricultura, en los almacenes, los demás países competidores como Turquía o Marruecos pueden sacar tajada de esta locura de propuesta”.

La idea exteriorizada ayer por el Gobierno de coalición especifica que la reducción de la jornada laboral se aprobará sin reducción salarial, desde las 40 horas que recoge el Estatuto de los trabajadores hasta las 37,5 horas semanales, es decir, media hora menos al día, con  la posibilidad abierta de llegar hasta las 35 horas.

El gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández, señaló, por su parte, que han trasladado a la federación de productores de frutas y hortalizas a la que pertenecen, Fepex, que este acuerdo del Gobierno se analice en la Comisión Ejecutiva de la CEOE. 

“Ahora se está pagando a diez euros brutos la hora y con esta medida serían doce euros la hora, que supone una subida del 20% muy difícil de asumir para las empresas del sector y que implicará un encarecimiento del producto, mientras que las cadenas seguirán buscando producto barato en otros países competidores nuestros”, indica. “Es, sin duda, una mala noticia para el campo, una propuesta muy arriesgada que llega en un mal momento y que implicará doblar turnos, cuando cada vez es más difícil encontrar mano de obra en los almacenes y el campo. El agro es intensivo en empleo, para un tomate cherry se necesitan cinco o seis personas por hectáreas, competimos con Marruecos que paga a un euro y medio la hora y Turquía aún menos”.