La necesidad de que el agua deje de ser el problema

Diego  Martínez Cano. Presidente de la  Cámara de Comercio.
Diego Martínez Cano. Presidente de la Cámara de Comercio. La Voz
La Voz
07:00 • 09 oct. 2018

Por Diego Martínez Cano






Presidente de la Cámara de Comercio






El agua es vida.



Que el agua es imprescindible en nuestra vida, es algo que todos sabemos. Somos conscientes de su importancia y sin embargo, aún tenemos en nuestra provincia una gran asignatura pendiente de resolver de forma definitiva. 



Suscribimos el sentir de la Mesa del Agua que señala que el agua no es un problema más, es el PROBLEMA (con mayúsculas, añadimos aquí). El problema principal que tenemos en Almería se llama agua. Luego tenemos otros, como el del ferrocarril, secundarios, y lo decimos así porque si no hay agua, si no podemos cultivar, no necesitamos sacar las hortalizas de Almería en tren.



En efecto, el agua es imprescindible como recurso vital pero también como recurso económico e industrial. Agua y Territorio están estrechamente interrelacionados. El agua es soporte fundamental para la vida y para las actividades económicas. El desarrollo territorial está estrechamente ligado al agua y Almería acaba de cerrar un año meteorológico desigual en las diferentes zonas de la provincia.


Es una evidencia clara de que tenemos pendiente un reto: que el agua deje de ser el problema y afrontarlo con resolución ya que los regadíos inciden claramente en la generación de riqueza y empleo, una forma de paliar la despoblación.


La íntima relación del binomio agua-territorio produce desequilibrios y genera efectos conocidos y que están aún pendientes de solventar: sobreexplotación de acuíferos, conflictos de usos, sequías, desertificación, tensiones sobre el precio del agua… 


Por ello, parece que la vía de aumentar los recursos mediante nuevas infraestructuras hidráulicas) exige cada vez más, de forma paralela, una vía complementaria enfocada a la gestión de las necesidades, especialmente ligada al uso y a la planificación territorial.


Desde una perspectiva amplia, el agua es mucho más que un elemento meramente productivo y eso conlleva compatibilizar la demanda, los usos del suelo y las distintas infraestructuras existentes en cada territorio.


Y todo ello debe abordarse en un marco de máximo consenso para poder resolver un problema histórico y crónico de la provincia.

Los puntos imprescindibles en esos objetivos entendemos que se deben orientar en dos direcciones:


- Una enfocada a la armonización de los distintos intereses sociales y económicos, a la gestión sostenible del agua para regadío y a la búsqueda de un nuevo modelo hídrico en Almería con la incorporación de las energías renovables.


- Y otra, que contemple la agilización o construcción de nuevas infraestructuras: finalización de la autovía del agua, como eje de unión de todos los recursos hídricos, para la interconexión entre los embalses de Cuevas y Benínar, la ampliación de la desaladora de Carboneras, la reparación de la desaladora de Cuevas (pendiente desde que quedó inutilizada tras las inundaciones de 2012), la dilatada puesta en servicio de los EDAR o la apuesta de las Administraciones por impulsar la iniciativa de los regantes por la presa de Rules y lograr un precio justo para el agua desalada. 


Existe un clamor social para que se adopten, por fin, en las más altas instancias, las decisiones que permitan desbloquear los problemas que limitan el desarrollo de la provincia por la escasez de recursos hídricos. Justamente en una provincia que es ejemplo del uso racional y eficiente del agua, en la que se ha avanzado en la diversificación de las fuentes para regadío y se persigue, con mayor concienciación cada día, eliminar la presión sobre los acuíferos sin erosionar la rentabilidad de los cultivos.


Un clamor que persigue que el agua deje de ser el PROBLEMA y que apunta a un gran Pacto por el Agua.


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