Alberto Fernández, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Almería

El que fuera primer rector ha sido investido en un solemne acto celebrado en el Paraninfo

El rector, Carmelo Rodríguez; el padrino de la ceremonia, Enrique de Amo; y el catedrático Alberto Fernández.
El rector, Carmelo Rodríguez; el padrino de la ceremonia, Enrique de Amo; y el catedrático Alberto Fernández. La Voz
La Voz
17:37 • 25 ene. 2019 / actualizado a las 17:48 • 25 ene. 2019

El grado académico más alto de la Universidad de Almería (UAL) para reconocer los méritos extraordinarios relacionados con la creación, transferencia y divulgación de conocimientos, el de Honoris Causa, ha sido concedido este viernes, 25 de enero, a Alberto Fernández, catedrático de Química Analítica y primer rector de la historia de la UAL. El actual rector, Carmelo Rodríguez, ha señalado que tales méritos están más que acreditados en su especialidad, o su especial contribución al desarrollo y engrandecimiento de nuestra Universidad.



En su discurso de bienvenida el rector ha destacado el talante conciliador y la capacidad de trabajo del nuevo Doctor Honoris Causa: “Con este acto, nuestra Universidad también pone en valor el mérito que supone la dedicación de tantas horas al estudio, a la docencia y a la investigación, a la gestión, al servicio de la sociedad y de su progreso, con las más altas cotas de exigencia y rigor profesional”. 



Currículum



El padrino de la ceremonia, el decano de la Facultad de Ciencias Experimentales, Enrique de Amo, ha ahondado en los méritos como su labor investigadora desarrollada en el ámbito se su área de conocimiento, la Química Analítica. Fernández ha escrito más de 400 artículos en revistas científicas internacionales, ha dirigido 40 tesis doctorales y ha participado en medio centenar de proyectos de investigación. 






Pero más allá de sus méritos científicos, el rector ha indicado que con este acto “hemos querido reconocer también su papel fundamental en el nacimiento y consolidación de la Universidad de Almería”. Rodríguez ha señalado que, tras su nombramiento en septiembre de 1993 como rector-presidente de la Comisión Gestora de la UAL, Alberto Fernández tenía por delante el reto de poner en marcha una universidad, “una tarea ingente, ardua y compleja, no carente de trabas y dificultades”. Algo que, ha destacado, consiguió en tiempo récord junto a su equipo, gracias a su absoluta dedicación e ilusión. “Al final de su mandato se habían alcanzado objetivos primordiales en todas las áreas: Oferta Académica, Profesorado, Investigación, Infraestructuras, Actividad Estudiantil y Extensión Universitaria, sin olvidarnos de las relaciones con la sociedad; pilares, que nos permitieron, a los siguientes equipos rectorales avanzar en un marco de progreso”. 



Proyectos de futuro



El rector ha aprovechado este encuentro para compartir con el nuevo Doctor Honoris Causa el planteamiento de que las universidades públicas deben desarrollar un papel más allá de su función docente y de transferencia del conocimiento. “Nuestro objetivo debe ser formar excelentes profesionales, que sean capaces de afrontar los nuevos retos de una sociedad globalizada, mucho más tecnológica, pero también buenos ciudadanos, libres, creativos y tolerantes, que sean capaces de buscar respuestas a los problemas de una sociedad preocupada por la sostenibilidad, y marcada por las desigualdades económicas y sociales”, ha defendido. 


Para ello ha propuesto un gran pacto por la educación universitaria, por la educación en general, pero por la superior en particular y por la investigación, para diseñar un sistema que sea de utilidad para el futuro de nuestra sociedad. 




En su discurso de investidura, Fernández ha agradecido el apoyo de todas aquellas personas e instituciones que apoyaron y posibilitaron históricamente la consecución de la Universidad. Y ha explicado que todos ellos perseguían “la creación de una universidad acorde a los tiempos en los que vivíamos, caracterizados por un enorme desarrollo de la ciencia y de la técnica, y por una creciente internacionalización de la actividad humana en todos sus niveles”.


Trayectoria

De 1993 a 1997, la UAL pasó de 6.646 estudiantes a 14.038; las titulaciones de 19 a 27; los grupos de investigación de 17 a 93 y el número de profesores de 274  a 579. “Creo, sinceramente, que en tan sólo 4 años alcanzamos la madurez necesaria, y que cumplimos con la encomienda de que se desarrollara ampliamente en todos los ámbitos. Esto se percibió desde todos los sectores y, especialmente, por parte de la sociedad almeriense, que siempre nos manifestó su comprensión y entusiasmo por algo que siempre habían sentido como suyo”. 


En su discurso, Fernández también ha hablado de sus dos grandes líneas de trabajo. Una, basada en Luminiscencia, ‘Nuevos materiales y Sensores’, en la que ha conseguido desarrollar y caracterizar nano-materiales multifuncionales para la simplificación y mejora de metodologías analíticas en el control biomédico, industrial y alimentario. Y la segunda, centrada en métodos separativos aplicados fundamentalmente al ámbito alimentario, en el que ha podido estudiar diferentes procesos de tratamiento de muestras para la extracción de compuestos bioactivos, lo que le ha permitido aplicar su conocimiento, por ejemplo, en el aceite de oliva, las frutas tropicales, o las hortalizas y verduras, productos que son de vital importancia en la economía de nuestro entorno. 


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