Pequeños pueblos con gran encanto e historia

En un estribo norteño, dominado por el frondoso paisaje que caracteriza al Valle del Almanzora en la provincia de Almería, nos encontramos con el famoso pueblo de Serón.

Sobre el blanco de sus calles y de sus casas y en la parte más alta del pueblo se alza un castillo de la época nazarí desde el que se puede disfrutar de las vistas de todo el Valle del Almanzora. 

De Serón nos vamos al pueblo fantasma de Las Menas, un enclave que fue construido a finales del siglo XIX y que llegó a albergar a más de dos mil personas. Este es un poblado minero cuyos yacimientos ferrosos fueron los más importantes y productivos de la provincia de Almería durante más de medio siglo. Construido progresivamente con una ordenación urbanística jerárquica, alberga edificaciones de gran calidad arquitectónica, entre las que destacan la Ermita de Santa Bárbara, el hospital, oficinas, pabellón de obreros, talleres y varias casas de directivos y técnicos.

Actualmente, Las Menas se encuentran protegidas por un proyecto de la Junta de Andalucía cuyo fin es preservar viva su historia y para que así el visitante pueda impregnarse de la época minera que tanto caracterizó a la provincia almeriense. 

Otra mención especial es para el pueblo de Macael, lugar conocido alrededor del mundo gracias al mármol que sale de sus canteras, el ‘oro blanco’ de la Sierra de los Filabres.

A un lado y a otro de sus carreteras se pueden observar montañas seccionadas, con escalones y cortes cúbicos que parecen recordar a piezas enormes de un Lego.

Para disfrutar aún más de este característico paisaje, un poco más arriba, nos encontramos con el Mirador de Canteras. Este lugar ofrece una increíble panorámica de la naturaleza tan increíble de esta comarca.