El nacimiento de un hijo. Un cúmulo de sensaciones que desborda. El universo que, de repente, cobra un sentido distinto. Sentimientos convocados en torno a un cuerpo pequeño y desconocido. Un amor tan brutal que la tierra parece girar en sentido opuesto. Y la capacidad de expresarlo, totalmente colapsada. Incluso para un profesor, para un escritor cuya materia prima es la palabra.
Éste es el efecto que produjo en Raúl Quinto (Cartagena, 1978) el “relámpago” que fue la llegada al mundo, el 12 de junio de 2015, de su primer hijo. Un efecto que sólo pudo metabolizar sentándose a escribir, aferrándose a la tabla de salvación de la literatura.
¿El resultado? 31 reflexiones o anotaciones sobre la paternidad y la vida -“anotaciones a la perplejidad”, dice él- que tienen forma de libro a pesar de que parten de una idea: la imposibilidad de escribir sobre cualquier cosa que sea real en tanto que lo que “entendemos por realidad es una construcción hecha a base de lenguaje”.
Se trata, por tanto, de un libro imposible, “que no se llama así, ni quiere ser un libro”. Un ejercicio de prosa poética que acaba de publicar La Bella Varsovia y que sólo podía tener un título: Hijo.
Aunque con excepciones como Manu de Manuel Jabois, la obra explora un vínculo pocas veces abordado en la literatura: el que une al padre y al recién nacido. Circunstancia que Quinto achaca a “las inercias sociológicas y políticas que arrastra la sociedad, según las cuales la crianza de los niños e incluso la muestra de afectos es una cuestión femenina”. “La crianza pertenece a las madres y debe pertenecer cada vez más a los padres. De hecho, intento aplicármelo a mi propia vida, he renunciado a muchas cosas para criarlo; es una apuesta vital”, expresa a LA VOZ.
Es más, hay un momento del libro en que el escritor lamenta no poder experimentar lo que supone formar parte de ese ser único que un día fueron madre e hijo. “Cuando mi hijo nació, me había creado una representación idealizada de cómo sería, pero su madre al mirarlo por primera vez le dijo ‘hola’, que es lo que se dice cuando ves a alguien que conoces, a un viejo amigo. Los primeros meses tenía hacia mí una indiferencia fantástica, sin embargo con su madre había una conexión brutal. Yo, que soy una persona curiosa, me voy a quedar con las ganas de saber qué es eso”, confiesa.
Hijo tiene algo de libro generacional, del treintañero que tras varios fracasos encuentra el amor y da el paso de ser padre con todos los miedos y las alegrías que eso implica. “El proyecto nació como una urgencia, pero ahí se filtra mi historia personal y no soy un extraterrestre. Conozco a mucha gente en casos parecidos que quizá se pueda sentir identificada”, señala.
Porque si bien el autor de Ruido blanco siempre ha huido del apunte biográfico, su octavo título supone que irremediablemente se exponga, se desnude. “He tenido malas experiencias en ese sentido y decidí que la literatura por un lado y la vida por otro. En este caso me la he jugado un poco. De hecho, estoy más nervioso con este libro que con los siete anteriores”, confiesa.
Mezcla de géneros
Hijo habla sobre el origen de una vida y habla sobre el origen de la vida con pasajes que recuerdan a Terrence Malick. Una parte del relato conectada con Yosotros e Idioteca, libros de prosa de Raúl Quinto.
“En ambos hay una mezcla de géneros con un componente lírico o narrativo, pero también una voluntad investigadora, mi pulsión ensayística. Y eso está en este libro. El nacimiento de mi hijo me hace preguntarme de dónde viene, de dónde vengo yo, cuáles son mis raíces y si nos ponemos a tirar de ese hilo, podemos llegar hasta las preguntas fundamentales que trata de responder la filosofía, o la religión desde otro punto de vista. Y por ahí intento indagar también. El nacimiento de un hijo es una oportunidad para abrirse a los grandes misterios del universo”, indica.
¿Cómo explicará este libro a su hijo cuando tenga edad para leerlo? “No había pensado en eso hasta que el otro día un amigo se emocionó imaginando la escena. Si el día de mañana falto, este libro le permitirá saber que no quise a nadie jamás tanto como a él en el momento en que nació. Y eso puede ser una buena forma de pervivir cuando estos momentos se pierdan”.
“La paternidad me ha salvado la vida”
Con portada del artista Miguel Vallinas, Hijo es el libro más luminoso de Raúl Quinto precisamente por el tema que trata: el nacimiento de su primer hijo.
La paternidad, asegura, no es que le haya cambiado como escritor, es que le ha cambiado la vida. O más que eso: “Tanto la literatura como el nacimiento de mi hijo me han salvado la vida. Ser padre te hace entender el mundo de otra forma, desde otro lugar. Uno deja de ser tan individualista, ya no es su prioridad”.
La obra se presenta hoy miércoles 29 de marzo, a las 19.30 horas, en el Museo de Almería.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/298/a-pie-de-pagina/199040/raul-quinto-un-hijo-la-oportunidad-para-abrirse-a-los-misterios-del-universo