Las mascarillas se han convertido en un imprescindible de nuestro nuevo día a día. Aunque han nacido con una finalidad más que necesaria actualmente, la de protegernos frente al Covid-19, es cierto que esconden un lado un tanto negro. Y es que, estos elementos que usamos diariamente para salir a la calle, no siempre son desechados bien.
Esto significa que, aunque con las mascarillas nos estamos asegurando de frenar la expansión de la pandemia, por otro lado, el medio ambiente se está viendo muy perjudicado. El que no nos deshagamos debidamente de ellas quiere decir que la gran mayoría acabará en el mar. Y esto es un problema muy grave, ya que aproximadamente se han podido utilizar mensualmente unas 129.000 millones de mascarías desde que comenzó la crisis sanitaria. Si a esto le sumamos que se estima que la tela con la que se elaboran tarda en descomponerse en la naturaleza entre 400 y 450 años, el problema se hace mucho mayor.
En este sentido, todos los ecologistas se lanzan a advertir a la población que estos residuos representan una gran amenaza para la vida humana, la vida marina y los hábitats de la vida silvestre. Y no solo eso, ya que, además de aumentar la contaminación, estos desechos son un riesgo al aumentar la propagación del coronavirus.
Eliminación
Pero, ¿cómo debemos eliminarlas correctamente? Para esto, la Organización Mundial de la Salud recomienda tirarlas a un contenedor adecuado de basura inmediatamente después de usarlas, y nunca reutilizarlas. Para saber cual es ese contenedor adecuado, es importante conocer que las mascarillas, o cualquier otro material desechable utilizado para contener la pandemia, no debe eliminarse junto a la basura reciclable, ni junto a restos orgánicos, sino que debe tirarse junto a la basura doméstica general.
Según estas indicaciones, lo mejor es poner los materiales a retirar dentro de una bolsa de plástico más pequeña antes de tirarlo a una basura con tapa, para así evitar que cualquier otro animal, o el mismo viento, se lleve estas mascarillas. Pero, además, también es muy importante que no dejemos la mascarilla en un lugar donde se pueda volar, caer al suelo o perderse, ya que la principal causa por la que estos elementos se encuentran en zonas como parques, en mitad de la calle o en la arena de la playa, es que, cuando nos la quitamos para realizar alguna acción como comer o beber, estas se nos caen o se nos pierden.
Alternativas
Por otro lado, muchos expertos e investigadores han apostado por establecer cubos de basura solo para las mascarillas, con el fin de facilitar su recogida y eliminación, además de considerar la estandarización, las directrices y la aplicación estricta de la gestión de residuos de las mascarillas, sustituir las desechables por otras reutilizables y considerar el desarrollo de mascarillas biodegradables para su eliminación.
Una preocupación más reciente y mayor que tienen estos investigadores, es que las mascarillas están fabricadas con fibras de plástico de tamaño microscópico, y al descomponerse liberan este material en el medio ambiente.
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