Diputación rescata a La Alquería y pagará la obra que hará potable su agua

La Diputación de Almería  saldrá en rescate de La Alquería (Adra) y pagará la obra hidráulica que potabilizará el agua que se distribuye en esta barriada abderitana, donde sus 200 habitantes llevan seis años sin poder beberla por su elevado nivel de arsénico. La institución provincial ha confirmado a este periódico la reserva de una partida económica para  afrontar “la obra integral” del proyecto, que parte de un diseño de la empresa que gestiona el agua en la ciudad, Hidralia.

El Ayuntamiento de la localidad, uno de los más endeudados de Andalucía, recurrió recientemente a la Diputación ante las dificultades económicas por las que atraviesa la hacienda local. Su alcalde, Manuel Cortés (PP), reconoció en el pleno del pasado lunes que el equipo de Gobierno había acudido a la institución provincial para solicitar “su ayuda”. “Parece que nos echarán una mano y a finales de verano se estará actuando”, aclaró a preguntas de la oposición.
Diputación, que ha confirmado la consignación de una reserva de crédito para estas tareas, trabaja actualmente en la redacción del proyecto. La obra consiste en un trasvase al depósito desde la conocida como Fuente de la Parrona para mezclar las aguas y reducir así el nivel de arsénico. 

No es una obra compleja, según admite el responsable técnico de Hidralia en la ciudad, y apenas supondrá “una inversión de entre 90.000 y 100.000 euros”, según los primeros cálculos. Habitada en buena parte por personas mayores, La Alquería lleva sin agua potable desde 2010. 

En La Alquería hay agua, sale de los grifos y los 200 vecinos se la pagan a la empresa que la suministra, pero no la pueden beber: tiene un elevado índice de arsénico que la convierte en no potable. En 2010 el agua fue declarada no apta y desde entonces Hidralia la suministra en cubas con un camión. Pero muy pocos la beben. “Es el agua que suministramos en Adra; realizamos tres viajes a la semana a un coste aproximado de 130 euros cada viaje. Las cubas las pagan los vecinos de Adra, no solo los de La Alquería”, explica el responsable técnico de la empresa en la ciudad. Es decir, que los vecinos de Adra pagan cada año más de 20.000 euros por las cubas que son transportadas a esta barriada.

“Tiesas como garrotes”
La calidad del agua es tremendamente baja. “Hasta las patatas se ponen tiesas como garrotes con la que sale del grifo”, explica a este periódico Dolores Maldonado, una mujer de 67 años vecina de La Alquería. Es su hija la que le trae el agua en coche desde manantiales de Berja o Dalías.

Por una situación similar atraviesa Edgard, un hombre mayor de origen belga que lleva 30 años viviendo en una humilde vivienda de la barriada: compra garrafas en el Lidl cuando le lleva la vecina porque él no tiene coche. “Llevo 30 años viviendo aquí. No hay médico, ni tienda, ni casi Policía, y desde hace años ni agua”, se lamenta frente a la puerta de su casa.