Nuria Mingorance, en trámites de divorcio y con cuatro hijos pequeños, se ha encontrado, de la noche a la mañana, con la difícil situación de no saber a qué colegio puede llevar a Hugo, el más pequeño de todos, de solo tres años. El niño había sido escolarizado en el colegio ‘Divina Infantita’ de El Ejido donde también estudian el resto de sus hermanos y comenzó el curso escolar, el pasado 15 de septiembre, sin problemas.
Sin embargo, la denuncia de otra madre, que alegó que Nuria no vivía en el centro de El Ejido sino en Almerimar, provocó una investigación que ha derivado en la ‘expulsión’ del niño, que desde el martes ha dejado de acudir a clase. “Cuando matriculé al niño puse la dirección de El Ejido, que era el domicilio familiar, pero me he tenido que ir a Almerimar porque estoy en un proceso de divorcio y es la casa que me corresponde por la guardia y custodia de mis hijos”, explicó ayer en la Cadena SER Poniente.
En unas fotografías que un familiar suyo subió a Facebook se puede ver a Hugo en la cafetería en la que trabaja su madre: “Estoy en una situación que no puedo dejar de trabajar porque me he quedado sola con mis niños. Pido por favor que le admitan de nuevo en el colegio porque no tengo medios para llevarlo a otro colegio a la misma hora ni para comprarle otra vez todo el material escolar, uniforme, zapatos…”.
Otro caso similar
En el colegio Laimun se ha producido otro caso parecido, que se une a las dos expulsiones que se produjeron hace dos semanas en el CEIP Almerimar (de ellas, una ya resuelta a favor de la menor). En idénticas circunstancias a los casos anteriores, aquí también Educación considera que ha habido fraude en el empadronamiento y que esa circunstancia invalida la escolarización del niño. Los padres del pequeño, que tiene también tres años y ha sido igualmente ‘expulsado’ del centro, alegan que aportaron toda la documentación que les solicitaron y que, aun así, la dirección del centro puso a su hijo “en la calle”.
Se da la circunstancia de que la hermana mayor de este niño lleva varios años escolarizada en el centro y nunca se ha producido ningún problema. María Dolores, madre del niño, asegura que hay otros críos en la misma situación que su hijo. “Llevamos empadronados en El Ejido desde 2011, mucho antes de que naciera nuestro hijo. Esto no tiene ni pies ni cabeza”. “A mis hijos no los pueden tratar como ganado y que cada uno vaya al colegio que quiera. Mis niños tienen mucha unión como hermanos y no vamos a permitir que los separen así como así”, dice María Dolores.
Es lo mismo que cuenta Nuria: “Mi hijo de seis años se encontraba todos los días en el patio con su hermano pequeño. Ahora me pregunta que qué ha hecho de malo para que no le dejen ir al cole”.
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