Hoy se cumple un mes de la desaparición de Lucía García, la mujer de 78 años de edad, a la que se vió por última vez el pasado 22 de octubre cuando decidió irse caminando hasta su casa, sin darles, a sus familiares, apenas tiempo para acompañarla. La desaparecida, que llevaba puesto un vestido azul, gozaba de buen estado de salud física y agilidad, aunque padece alzheimer. Ayer su hija Beatriz aseguraba a LA VOZ DE ALMERÍA que la familia “peor no puede estar ya” tras este mes de angustiosa espera. Relataba que los familiares “continúan buscando, todos los días” a Lucía y que la sensación que tienen es que “no debe de estar por aquí”.
Incluso hasta Vera
Beatriz relataba que la familia y amigos “hemos llegado incluso hasta Vera” buscando a su madre sin que esta búsqueda haya dado ningún resultado. Su estado de ánimo ha ido apagándose con el paso del tiempo “estamos bastante mal porque cada día que pasa es desesperante aunque aún siguen “manteniendo la esperanza aunque también sabemos que cada día que pasa hay menos esperanzas” de encontrar a Lucía García.
El pasado domingo, los familiares y amigos de esta mujer salieron a hacer una batida por los alrededores del lugar donde hoy hace un mes que se le perdió la pista.
Una búsqueda en la que también colaboraron vecinos de la familia y agentes de la Benemérita “vinieron un par de coches de la Guardia Civil también para buscar”, relataba Beatriz.
No hay dispositivo
Lo que sí es cierto es que el dispositivo de búsqueda, que se mantuve ocho días desde la desaparición de Lucía, se dió por finalizado a finales de octubre. Este hecho ha propiciado que sean los familiares los que mantengan ese rastreo por diferentes zonas e incluso municipios no sólo de la Comarca sino de toda la provincia. “Hemos buscado en Mojácar, Garrucha, Carboneras, Níjar, Tabernas, Húercal-Overa, Los Gallardos, Vera... e incluso hemos llegado a ir hasta Almería capital por si mi madre se hubiera subido en el coche de alguien que hubiera podido llevarla hasta allí”, pero el resultado ha sido siempre el mismo.
Los días posteriores a su desaparición, el Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) desplegó un Puesto de Mando Avanzado en Royo Morera, proporcionando cartografía y comunicaciones para dividir y peinar por grupos la zona. A ese dispositivo se sumaban los efectivos de la Guardia Civil que también estuvieron rastreando los alrededores en una labor en la que igualmente estuvieron trabajando policías locales de la localidad de Turre.
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