Un equipo internacional de científicos ha relacionado por primera vez la aparición de trastornos mentales en la población tras una inundación grave con base a los resultados recogidos en la zona del Levante almeriense tras las inundaciones de septiembre de 2012.
El equipo de investigación está conformado por profesionales del Area de Gestión Sanitaria Norte de Almería, liderado por Andrés Fontalba Navas, responsable de investigación, y de las universidades de Granada, Castilla la Mancha, Málaga y Cambridge, según ha informado la UGR.
Su trabajo, que publica la revista ‘Public Health’, recoge los resultados del proyecto realizado tras las graves inundaciones sufridas en la zona del Levante almeriense en septiembre de 2012, una zona que quedó seriamente afectada tras las lluvias torrenciales.
Para llevar a cabo este trabajo, en primer lugar, los investigadores realizaron un estudio de las precipitaciones extremas con ayuda de un Sistema de Información Geográfica para el período de 1935 a 2012, que demostró que la precipitación acontecida en 2012 fue extremadamente alta, según ha informado Europa Press.
El objetivo del estudio fue “conocer la incidencia de síntomas de trastorno por estrés postraumático en la población expuesta a un evento extraordinario de lluvias torrenciales y una gran avenida en el año 2012”, por lo que se entrevistaron a personas atendidas en Atención Primaria de la zona afectada por un equipo de médicos de Atención Primaria, coordinados por Virginia Gil Aguilar.
Más Estrés
El trastorno por estrés postraumático es una enfermedad que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a una situación breve o duradera pero de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica.
Como ha comentado el autor principal de este trabajo, el investigador Andrés Fontalba, "la incidencia de los trastornos mentales después de la inundación se incrementa considerablemente". Específicamente, declaraciones a la Cadena SER, el investigador ha cuantificado en un 8% el incremento del estrés en las personas investigadas.
Fontalba ha explicado además que la hipótesis de trabajo era analizar un suceso como una inundación dejando de lado aspectos económicos o sociales, que son los que se estudian habitualmente, para centrarse “en el daño que podía causar un suceso así a la salud de las personas, y más específicamente a la salud mental”.
“Estos trastornos pueden persistir mucho después de que haya pasado la inundación, lo que subraya la importancia de la planificación y de dar respuestas eficaces y oportunas en salud”, ha agregado Fontalba. “Se trata de una enfermedad que afecta seriamente al individuo”, ha subrayado el investigador.
Pérdidas económicas
Los investigadores encontraron que el factor que tuvo una mayor influencia sobre la aparición de trastorno por estrés postraumático en la población de estudio fue el relativo a las pérdidas económicas relacionadas con el desastre.
Según ha indicado Juan Pedro Arrebola, investigador de la Universidad de Granada y del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, “este tipo de estudios son muy importantes para identificar colectivos especialmente vulnerables a los efectos de estas catástrofes, y contribuyen a establecer medidas preventivas más adecuadas”.
Más árboles como una solución
El objetivo del estudio es establecer medidas preventivas. Entre ellas, concluyen que la repoblación forestal utilizadas para el control de avenidas y disminución de sedimentos emitidos por las cuencas hidrológicas afectadas de precipitaciones extremas, es la mejor solución.
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