Cuevas del Almanzora

Palomares pone una calle a la duquesa 51 años después

Fue a la cárcel y se enfrentó a los poderes del Franquismo en defensa de los habitantes tras el accidente de las bombas

La duquesa roja, en el centro, en la prisión de Alcalá.
La duquesa roja, en el centro, en la prisión de Alcalá.
Manuel León
23:25 • 15 may. 2017

Era 1966 y faltaba aún una década para la libertad cuando cayeron las bombas en Palomares: silencio oficial, oscurantismo y un grueso velo se tejió en torno al accidente nuclear en una España gregaria del Estado americano. Han pasado los años, más de medio siglo, y han surgido héroes de aquel momento más o menos reales, desde aquella hecatombe que pudo borrar a la provincia del mapa; han surgido  nombres de adalides de la época que dicen haber  luchado por el bien para los habitantes de Palomares y Villaricos.




Un símbolo
Sin embargo, el símbolo de ese plantar cara al Estado dictatorial de Franco, el paladín de ese sentimiento de ponerse al lado de los humildes, de los perdedores, en ese accidente, fue Isabel Alvarez de Toledo, la duquesa de Medina Sidonia. Al menos en eso coinciden muchos de los testigos de la catástrofe. La ‘Duquesa Roja -como la bautizó Carlos Mendo, director de la agencia gubernamental Efe- se enfrentó  a todo y a todos por los vecinos de Palomares y Villaricos, en la demanda de unas indemnizaciones justas y en la petición de una explicación veraz de lo sucedido y de las repercusiones para la salud de los lugareños.




No lo consiguió, fue amenazada de muerte por mandos militares y penó en la cáncer de Alcalá de Henares por pedir justicia para los palomareños.




Fue la primera en desmontar la idea difundida por la prensa del Movimiento de que ‘los pícaros palomareños se estaban aprovechando de la proverbial generosidad norteamericana”. Y organizó  una manifestación a Madrid cuando se cumplió el primer año del accidente, refrenada por los máuser de la Guardia Civil.




Hace unos días, por fin, se ha hecho justicia con Luisa Isabel y el Pleno del Ayuntamiento de Cuevas ha aprobado por unanimidad rotular una calle a título póstumo con su nombre en la barriada atómica.




El investigador José Herrera, presente en el Pleno, expresa que “hay que alegrarse de la noticia, aunque los ojos de Isabel no puedan contemplar ya esta pequeña muestra de gratitud, por parte de la comunidad a la que sirvió con todas sus ansias”.




El exalcalde pedáneo, Juan José Pérez, reconoció la vergüenza de que este reconocimiento no se hubiese realizado hace ya muchos años y en vida de la duquesa.





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