El episodio de presuntos malos tratos que saltó a la palestra el pasado fin de semana tras el ingreso y posterior alta en el Hospital de Poniente de una mujer de 26 años y sus dos hijos (un niño de tres años y una niña de siete meses) ha sumado este lunes y martes dos nuevos capítulos tras la entrega voluntaria en el cuartel de la Guardia Civil de El Ejido por parte de la pareja sentimental de esta mujer, el principal sospechoso de la causa.
Se trata de un varón, identificado como D.R.M.C. y de 37 años, que acudía voluntariamente a las dependencias de la Guardia Civil el lunes y que pasaba en la mañana del martes a disposición judicial.
De este modo, se ponía fin al trabajo de localización por parte de los agentes ya que sobre este hombre pesaba una orden de busca y captura desde el sábado.
Y es que, en esa misma jornada de sábado, la Guardia Civil solicitaba asistencia sanitaria para una mujer y sus dos hijos con lesiones de diversa consideración aunque sin revestir gravedad por sospecha de posibles malos tratos. Una solicitud que se realizaba sobre las 15.49 horas desde Matagorda.
Y esto hizo que el 061 se movilizara con una ambulancia convencional que trasladó a la madre y los dos niños al Hospital de Poniente, donde recibieron el alta posteriormente ya en la jornada del domingo.
Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Almería indicaron que por estos hechos no se produjeron detenciones en el momento ni denuncia formal aunque el Juzgado de Instrucción 4 de El Ejido abrió diligencias previas y se ordenó su búsqueda y arresto.
Dictamen Una vez comprobados todos los indicios e informes que había disponibles, según Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el juez atribuye a D.R.M.C. la presunta comisión de un delito de malos tratos del artículo 153 del Código Penal, por lo que ahora tendrá la obligación de tener que personarse en sede judicial durante los días 1 y 15 de cada mes.
Asimismo, el auto también dicta varias medidas encaminadas a evitar cualquier contacto entre el presunto maltratador y las victimas estableciendo la imposición de una orden de alejamiento de 200 metros respecto a las víctimas y ordenando también que se le ponga una pulsera telemática para así poder tener controlados todos los movimientos que realice a la espera de que se lleve a cabo la celebración del juicio.
De este modo y con estas consecuencias, concluye la primera parte de este episodio de presuntos malos tratos acaecido en Matagorda a la espera del juicio en el que se depuren las responsabilidades.
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