La zona del centro comercial 501 de Aguadulce se ha erigido como núcleo de ocio que, en pleno paseo marítimo, da cobijo a los miles de habitantes y turistas que frecuentan sus comercios, especialmente en verano.
Muchos de los que acuden allí de manera regular lamentan que los aparcamientos escaseen en la época estival, en la que la población prácticamente se triplica.
Habilitar la Rambla
Nicolás Casanova lleva diez años veraneando en Aguadulce y es cliente habitual de la zona. En su opinión, la escasez de aparcamiento podría solventarse si se habilitase una explanada situada en una de las lindes de la Rambla San Antonio (cuyo cauce desemboca en la playa, justo al lado del 501), puesto que se encuentra al mismo nivel de la carretera adyacente.
Asegura que con una inversión mínima podría asfaltarse e iluminarse esta franja y marcar unas plazas que quizá albergarían hasta cien vehículos. Tanto él como otros vecinos se quejan de que el Ayuntamiento haya cerrado los accesos a la explanada colocando montones de tierra.
El problema afecta a los consumidores y a los trabajadores de los comercios del 501, las fases (también conocidas como 502) y el paseo marítimo, que no encuentran espacio alguno en el que dejar el coche. Pero también repercute sobre los vecinos de la zona que no disponen de plaza de garaje en sus viviendas.
Desde el restaurante Jeito afirman que el cauce de la Rambla “está abandonado, es un basurero”. “Podrían hacer algo bonito que vendría bien no sólo a los hosteleros, sino a todo el mundo. Hay mucha gente que viene de Jaén a la playa con autobuses. Aparcan al otro lado de la Rambla y no caben. Y la gente que va a los chiringuitos o que vive en Aguadulce norte y se baja en coche para darse un baño en la playa tampoco encuentra aparcamiento”, añaden.
Odisea para aparcar
Los trabajadores del bar La Mar Salá coinciden en que “la Rambla ahí no está haciendo nada más que acumular escombros”. “En invierno también es muy pequeño el espacio para aparcar, pero todavía la gente no viene a veranear, muchas casas están cerradas y, más o menos, te apañas”.
En verano la situación se agrava ya que “la gente se levanta temprano para venir a la playa”. “Llegas a trabajar y no encuentras aparcamiento, pero tienes que aparcar donde sea porque vienes al trabajo, tienes un horario. Entonces multa al canto. Al final hay gente que viene en taxi, pero imagínate el gasto”, explican.
“Esto es un sinvivir. La mitad de gente no quiere venir porque no tiene donde aparcar”, lo cual ocasiona graves pérdidas a los negocios.
Poca inversión
El Mesón Don Quijote ratifica lo enunciado por sus compañeros de profesión: “Lo que hace falta es que habiliten una zona de aparcamiento para que esto funcione mejor. Muchos no quieren venir por el problema que tienen para aparcar”.
Los trabajadores de este bar también sufren con la falta de plazas: “Todos son de Roquetas, de Almería... Tienen que moverse con el vehículo”.
Esgrimen que esta es la razón por la que el 501 “está bajando cada vez más”. Añaden que “en esta zona el Ayuntamiento no está invirtiendo nada. No contribuye a que el comercio vaya para adelante”.
Competencia de la Junta de Andalucía
Según el Ayuntamiento de Roquetas, el trámite no resulta tan simple. La teniente alcalde y concejal de Gestión de la Ciudad, Eloísa Cabrera, comenta que los hosteleros de la zona han transmitido en distintos encuentros su deseo de que la desembocadura del cauce de la Rambla se acondicione como aparcamiento. Explica que esta es competencia de la Junta de Andalucía a través de la Confederación Hidrográfica del Sur. Afirma que, por ello, el consistorio no puede actuar sobre ella, ya que cometería una ilegalidad, aunque el proyecto de transformación de la Rambla “se encuentra pendiente de ejecución” por parte de la Junta desde hace muchos años.
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