“Entre los casi 13.000 habitantes de la almeriense localidad de Berja, encontramos a la muchacha que protagoniza la emocionante historia que hoy relatamos y que nos deja claro que no puede hacer más honor a su nombre: Angélica”. Así comienza el relato que la protectora El Refugio hace de lo que comenzó como un caso más de maltrato y abandono animal y, por suerte esta vez, ha acabado de forma esperanzadora.
Todo empezó hace unos meses cuando Angélica sale una tarde junto con su perro y un grupo de amigos a hacer senderismo por una zona de caminos rurales bastante retirada de la población. El perro se desvía del camino y comienza a ladrar; al seguirlo, descubren a un perro de raza pastor alemán tirado en el suelo en mitad de la nada, sin moverse bajo un sol de justicia y con síntomas de tener problemas en sus ojos. Buscan si hay alguien por la zona pero rápidamente pueden confirmar sus peores sospechas: alguien le ha llevado hasta esa zona completamente intransitada a aquel perro ciego, para abandonarlo a su suerte y que perezca de hambre y sed.
Gran impacto
“El impacto que sufre el grupo de jóvenes ante la posibilidad de tanta crueldad es enorme, pero no pierden un solo segundo para ayudar a Alan, así lo llaman, se turnan para cargarlo en brazos durante varios kilómetros, puesto que el perrillo no tiene movilidad”, cuentan desde el Refugio.
Después, el grupo de amigos, lo llevan al veterinario, quien confirma la casi total ceguera de Alan, que también presenta una delgadez aguda y problemas en sus patas, así como alopecia y heridas en su piel.
Comienzan a solicitar ayuda de forma urgente a distintas protectoras para la acogida de Alan; mientras, le construyen un pequeño refugio provisional en la parcela de un familiar, puesto que hay aviso de fuertes lluvias y carecen de otro lugar donde acogerlo.
Llamamiento
Durante varios días lo alimentan, protegen y miman hasta que consiguen auxilio. El llamamiento es atendido por la protectora El Refugio, quienes lo acogen y proporcionan la atención veterinaria necesaria en su centro de Madrid.
Según confirman los veterinarios de El Refugio, Alan está prácticamente ciego y consigue superar varias hospitalizaciones producidas por infecciones diversas.
Una vez recuperado físicamente de sus afecciones, y anímicamente, por el cariño recibido a diario, Alan es intervenido para extirparle los ojos, puesto que le estaban produciendo múltiples complicaciones.
Se merece una familia
“Estamos muy felices de que Alan pueda estar hoy con nosotros, significa que a pesar de haber perdido sus ojos, ha salvado la vida. Y es muy curioso, porque cuando estás a su lado, él está supertranquilo porque siente que tú eres sus ojos, es un sentimiento muy especial. Sabemos que va a encontrar muy pronto una familia que lo adopte porque lo merece más que nadie y porque llenará de felicidad el hogar que le abra sus puertas. Queremos enviar un especial abrazo a Angélica y todo el grupo de auténticos salvadores de vidas condenadas en la provincia de Almería: encomiable labor la suya”, concluye Nacho Paunero, presidente de El Refugio.
Más de 100 Denuncias
Esta protectora, una organización sin ánimo de lucro, está inmersa en cerca de 100 procedimientos penales, civiles y administrativos en diferentes comunidades por casos de maltrato y abandono. Para realizar estas actividades más el mantenimiento de su centro de adopción y veterinario, junto a campañas de concienciación, El Refugio cuenta solo con las aportaciones de sus socios.
#YoSeréTusOjos
El Refugio acaba de publicar un documental cuyo título es #YoSeréTusOjos, hashtag de la campaña que también han emprendido para encontrar a la persona o familia que quiera adoptar a Alan. Según el equipo de la protectora, “Alan es un perro adorable, muy cariñoso, dócil, tranquilo y despierta sentimientos profundamente especiales cuando estás con él”. Cualquier persona que esté interesada en adoptarlo, puede hacerlo a través de la web: www.elrefugio.org.
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