Alhama de Almería

Silencio, dolor y conmoción en el Pleno extraordinario en la capital

Se improvisó una declaración institucional de apoyo a la familia `por el brutal e injusto desenlace`

Minuto de silencio en el Pleno del Ayuntamiento de la capital
Minuto de silencio en el Pleno del Ayuntamiento de la capital
Lola González
23:02 • 11 mar. 2018

Improvisado, tenso y doloroso. Así fue el Pleno extraordinario convocado para aprobar una declaración institucional del Ayuntamiento de Almería por la muerte de Gabriel Cruz y declarar así los tres días de luto oficial que arrancaron en esta medianoche.




Con los nervios aún a flor de piel porque la mayoría de los concejales habían participado en la concentración realizada minutos antes en Puerta de Purchena, iban llegando los ediles a un edificio silencioso y más oscuro que de costumbre. Ya había caído la noche en la Plaza Vieja y la ausencia de los funcionarios que habitualmente dan vida a la Casa Consistorial acompañaba al ambiente de pesar que se respiraba desde la misma puerta de entrada.




Los corrillos se hicieron rápido. El tema de conversación, dónde les había pillado la noticia. Muchos de ellos casi se quedaron sin comer ante el desasosiego del mensaje que les alertaba de la detención, o de la impresión de escucharlo directamente en la televisión.




Sorpresa
Como es normal, ayer ocurría en todos sitios, las hipótesis sobre el cómo  había ocurrido el desenlace  centraron las conversaciones, pero sin duda si algo compartían todos era el dolor de la familia. Esa con la que habían compartido la movilización del pasado viernes, con la que incluso habían llorado, y que ahora sabían que estaba rota de dolor.




Tras los primeros minutos de comentarios, el alcalde de la capital, Ramón Fernández-Pacheco y los portavoces de la oposición: Juan Carlos Pérez Navas (PSOE),  Miguel Cazorla (Ciudadanos) y Rafael Esteban (IU), se marchaban a consensuar la declaración institucional. Había un texto preparado pero con la premura de la convocatoria no había podido ser revisado previamente por los grupos. Todo se decidió en la Sala de Juntas a unos metros del plenario. Fue rápido, no había mucho que decidir.




Y es que si algo tenía claro el alcalde es que no era momento para salidas de tono, era el momento de estar con la familia, con los amigos y con todos los que se han volcado con la búsqueda de Gabriel. Era el momento de dar apoyo, nada más.




Con el documento consensuado, diez minutos antes de la hora, regresaban al plenario. Todos se sentaron en sus ‘pupitres’ de mármol que hacía aún más fría la tensa espera del comienzo de la sesión. Era un tiempo muerto en el que  se podía contemplar a cada uno de los ediles reflexionando sobre lo ocurrido.




Conmoción
Comenzaba el Pleno y el  alcalde pedía a todos que se pusieran en pie y guardaran un minuto de silencio. Un silencio aún mayor del que ya había en el salón, un silencio en el que ni las cámaras se atrevieron a hacer ruido, un silencio respetuoso y doliente. Miradas perdidas en el infinito, abatimiento, desazón, e incomprensión a lo largo de ese minuto eterno que rompía el secretario con el orden del día. 


Leía el alcalde la declaración institucional en la que compartían la “desolación y rabia ante tan brutal e injusto desenlace”. Expresó su deseo de que “todo el peso de la Ley caiga sobre la persona o personas responsables de este crimen” y agradecía en nombre de todos los almerienses “a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado así como a bomberos, Protección Civil y resto de profesionales el tesón mostrado” así como su “solidaridad” a los voluntarios. Fin de sesión, y de nuevo, silencio.



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