El Ejido

La Asociación Clara Campoamor se persona como acusación en el crimen de Balerma

Se persona como acusación popular en el Caso Andrei, como también hizo en el Caso Gabriel

Lugar del crimen en Balerma el 20 de abril
Lugar del crimen en Balerma el 20 de abril La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 27 jul. 2018

Apenas un mes y medio  después del crimen del pequeño Gabriel Cruz Ramírez en una finca a los pies del poblado nijareño de Rodalquilar, la pesadilla regresó a las primeras páginas en El Ejido. Andrei murió presuntamente acuchillado por su padre en una vivienda de la calle del Mar de Balerma, a pocos metros de la playa. El hombre llamó a la Guardia Civil y se entregó sin oponer resistencia, escribiendo el último capítulo de la violencia de género en la provincia de Almería. Y aunque el impacto de ambos casos en la opinión pública muestra diferencias sustanciales, Andrei y Gabriel comparten la misma edad, el mismo desenlace trágico y el mismo cauce judicial para sentar en el banquillo a los presuntos asesinos.




En este camino, la familia de la víctima suma el apoyo de la Asociación Clara Campoamor. La entidad se ha personado formalmente como acusación popular en el procedimiento iniciado en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Cuatro de El Ejido el pasado 20 de abril. La asociación pretende fortalecer la acusación para proteger los derechos del pequeño Andrei y de su familia durante el proceso judicial, según fuentes de la entidad consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA. Blanca Estrella Ruiz, presidenta de Clara Campoamor, insiste en el interés de la asociación por asistir a  los niños y a las mujeres víctimas, con independencia de la resonancia mediática de estos sucesos.

Consciente
En el filicidio de Balerma, el detenido se confesó autor material del crimen e ingresó en el centro penitenciario El Acebuche en prisión provisional poco después de su detención en la pedanía ejidense. El suceso está plenamente esclarecido desde el punto de vista policial, sin embargo, las acusaciones trabajan para ‘asegurar’ la imputabilidad del sujeto y, por tanto, contrarrestar el argumento de un posible trastorno mental.




Ciertamente el detenido ingresó en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil en la barriada de Santo Domingo muy afectado por el episodio, en estado de shock.  No obstante, las acusaciones mantienen que era plenamente consciente de la gravedad de los hechos y que actuó aprovechando la superioridad física evidente respecto al pequeño Andrei, sin capacidad para defenderse ante la agresión con arma blanca. La Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación. La madre del pequeño y un hermano de 12 años de edad tuvieron que recibir asistencia en el complejo hospitalario de Poniente tras conocer la noticia del crimen. El instructor decretó secreto de sumario.




El suceso generó diversos actos de protesta y condolencias en toda la provincia. El caso se vinculó a un episodio de violencia de género, aunque no existían denuncias previas por malos tratos en el seno familiar. “Entre la pareja no constan antecedentes por malos tratos que hayan sido denunciados. La causa será tramitada, sin embargo, como un caso de violencia de género tanto por el maltrato infligido a su pareja como por el hecho de que la muerte del propio hijo tuvo la intención de hacer daño a su madre”, informó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en un comunicado.  El juzgado investiga al detenido por un delito de asesinato hacia su hijo, un delito de maltrato hacia su pareja y un delito contra la integridad moral de su segundo hijo.







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