Javier Pajarón
01:00 • 30 sept. 2011
La guerra abierta en la Policía Local de Almería se cobra su primera víctima. Juan Francisco López, número dos y jefe operativo del cuerpo, presentó el jueves su dimisión como intendente mayor por fuertes discrepancias con María Muñiz, concejal de Seguridad y Movilidad desde el pasado mes de junio, y en un contexto de división interna.
López llegó a la Policía Local de Almería en enero de 2011, con plaza obtenida en oposición y un enorme prestigio forjado en sus años en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional, en unidades de especial exigencia como Homicidios o UPR. Se convirtió en mano derecha del superintendente Jorge Quesada e introdujo algunas modificaciones en la organización de los servicios para mejorar la presencia en la calle (no siempre populares entre los agentes).
Sin embargo, la llegada de María Muñiz al área y los proyectos de reestructuración del cuerpo abrieron una importante brecha. López evita pronunciarse sobre las circunstancias que motivan su renuncia, aunque confirma que las “discrepancias” con la concejal popular son “insalvables”. Por su parte, María Muñiz reconoce a La Voz de Almería que no hablaba con él y que apenas le conocía.
Así, la dimisión culmina una historia con varios capítulos y dos grandes episodios. El 25 de agosto de 2011 una patrulla del Grupo Puma de la Policía Local multó a su jefa María Muñiz por aparcar su vehículo en una zona reservada para los agentes en el ‘18 de Julio’ y bloquear la salida de la patrulla que tenía que realizar un servicio. La denuncia llegó a los superiores, se ordenó una cadena de custodia y se tramitó. Poco después, el intendente mayor fue requerido al edificio de Telvent en El Toyo, donde se controlan los semáforos de la ciudad.
La concejal de Seguridad confirma que fue multada por aparcar en el ‘18 de Julio’, a unos metros de las oficinas de su área de gestión y de la propia Jefatura Municipal de Policía. Asegura que ha recurrido la multa y recalca que, en su opinión, nada tiene que ver con el intendente mayor López y su marcha, porque “no fue él quien puso la multa”.
El segundo conflicto de gran relevancia surge con la reconfiguración que el Ayuntamiento de Almería prevé para la Policía Local, que incluye la eliminación de los grupos Puma (mercadillos) y Titán (intervención en seguridad ciudadana). Según declaró Muñiz a La Voz de Almería el 20 de septiembre,“en época de mínimos tenemos que reorganizar los recursos y eso obliga a veces a renunciar a las especialidades”. El objetivo es reubicarlos en los servicios convencionales y así ahorrarse los complementos.
Tres días antes, la socialista Deborah Serón denunció en rueda de prensa que “los fines de semana trabajan sólo dos o tres patrullas por turno, en verano hay cuatro policías y en invierno seis”. “Los últimos fines de semana las salas se han quedado vacías (...) faltan 115 policías en la ciudad”, añadió. Para los socialistas las relaciones entre la Policía Local y Muñiz “no gozan de buena salud” y piden la mediación del alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, que en los últimos cuatro años fue directamente el coordinador del área.
Los sindicatos también aportan sus críticas. El sindicato UEA-UEMA del Ayuntamiento de Almería (mayoritario en el Grupo Titán) afirma que ha formulado por escrito “una propuesta de creación de una Ordenanza Fiscal Reguladora de las Tasas por Prestación de Servicios de Policía Local” a la concejal María Muñiz. Según la organización, el cuerpo “tiene un déficit de 80 policías según la relación de puestos de trabajo”. Además apoya la utilidad de los ‘titanes’ cuyo coste sitúan en “sólo 22.230 euros”. La oposición de UEMA a la eliminación de Puma y Titán es frontal.
Por su parte, el CSI-F critica a la oposición y, aunque defiende el trabajo de los agentes, adjudica los problemas de la organización precisamente a la cúpula de la Policía Local, incluida el propio Juan Francisco López. “La única responsabilidad de la actual organización de la Policía Local de Almería
López llegó a la Policía Local de Almería en enero de 2011, con plaza obtenida en oposición y un enorme prestigio forjado en sus años en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional, en unidades de especial exigencia como Homicidios o UPR. Se convirtió en mano derecha del superintendente Jorge Quesada e introdujo algunas modificaciones en la organización de los servicios para mejorar la presencia en la calle (no siempre populares entre los agentes).
Sin embargo, la llegada de María Muñiz al área y los proyectos de reestructuración del cuerpo abrieron una importante brecha. López evita pronunciarse sobre las circunstancias que motivan su renuncia, aunque confirma que las “discrepancias” con la concejal popular son “insalvables”. Por su parte, María Muñiz reconoce a La Voz de Almería que no hablaba con él y que apenas le conocía.
Así, la dimisión culmina una historia con varios capítulos y dos grandes episodios. El 25 de agosto de 2011 una patrulla del Grupo Puma de la Policía Local multó a su jefa María Muñiz por aparcar su vehículo en una zona reservada para los agentes en el ‘18 de Julio’ y bloquear la salida de la patrulla que tenía que realizar un servicio. La denuncia llegó a los superiores, se ordenó una cadena de custodia y se tramitó. Poco después, el intendente mayor fue requerido al edificio de Telvent en El Toyo, donde se controlan los semáforos de la ciudad.
La concejal de Seguridad confirma que fue multada por aparcar en el ‘18 de Julio’, a unos metros de las oficinas de su área de gestión y de la propia Jefatura Municipal de Policía. Asegura que ha recurrido la multa y recalca que, en su opinión, nada tiene que ver con el intendente mayor López y su marcha, porque “no fue él quien puso la multa”.
El segundo conflicto de gran relevancia surge con la reconfiguración que el Ayuntamiento de Almería prevé para la Policía Local, que incluye la eliminación de los grupos Puma (mercadillos) y Titán (intervención en seguridad ciudadana). Según declaró Muñiz a La Voz de Almería el 20 de septiembre,“en época de mínimos tenemos que reorganizar los recursos y eso obliga a veces a renunciar a las especialidades”. El objetivo es reubicarlos en los servicios convencionales y así ahorrarse los complementos.
Tres días antes, la socialista Deborah Serón denunció en rueda de prensa que “los fines de semana trabajan sólo dos o tres patrullas por turno, en verano hay cuatro policías y en invierno seis”. “Los últimos fines de semana las salas se han quedado vacías (...) faltan 115 policías en la ciudad”, añadió. Para los socialistas las relaciones entre la Policía Local y Muñiz “no gozan de buena salud” y piden la mediación del alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, que en los últimos cuatro años fue directamente el coordinador del área.
Los sindicatos también aportan sus críticas. El sindicato UEA-UEMA del Ayuntamiento de Almería (mayoritario en el Grupo Titán) afirma que ha formulado por escrito “una propuesta de creación de una Ordenanza Fiscal Reguladora de las Tasas por Prestación de Servicios de Policía Local” a la concejal María Muñiz. Según la organización, el cuerpo “tiene un déficit de 80 policías según la relación de puestos de trabajo”. Además apoya la utilidad de los ‘titanes’ cuyo coste sitúan en “sólo 22.230 euros”. La oposición de UEMA a la eliminación de Puma y Titán es frontal.
Por su parte, el CSI-F critica a la oposición y, aunque defiende el trabajo de los agentes, adjudica los problemas de la organización precisamente a la cúpula de la Policía Local, incluida el propio Juan Francisco López. “La única responsabilidad de la actual organización de la Policía Local de Almería
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