Un ejidense recibe una beca Koplowitz para poder investigar sobre epilepsia

La Fundación Alicia Koplowitz ha vuelto a llevar a cabo un año más en Madrid sus XIV Jornadas Científicas. Una cita que cada año aprovecha también para hacer entrega de sus becas de investigación y que en esta ocasión ha contado con la presencia almeriense, la del neuropediatra e investigador, Sergio Aguilera.

Y la buena noticia es que Aguilera acudía a este encuentro para recoger la beca que acredita que el proyecto de investigación que había presentado a esta Fundación ha sido uno de los 8 escogidos para recibir un impulso económico por parte de la Fundación Alicia Koplowitz de entre las 74 candidaturas de toda España presentadas.

Satisfacción

El doctor Aguilera, que lleva ya casi dos décadas asentado en tierras navarras y que ejerce como neuropediatra en el Complejo Hospitalario de Navarra, no puede ocultar su satisfacción “por el hecho de que solamente había una beca de investigación en el campo de la neuropediatría por lo que es un honor haberla conseguido”.

No obstante, esta consecución no es fruto, ni mucho menos, de la casualidad. De hecho, el propio Aguilera confiesa que “el proyecto tiene un bagaje de más de dos años de gestación, de ajustar la metodología del estudio y la bibliografía. Quizá esa rigurosidad es la que le ha aportado más calidad y por eso hemos sido seleccionados”.

En este sentido, en cuanto al trabajo en sí, cabe reseñar que lo que Aguilera y todo su equipo pretenden llevar llevar a cabo es según el título del proyecto presentado, un ‘Estudio de la epilepsia en edad escolar: dificultades cognitivas del rendimiento académico y biomarcadores pronósticos’.

Sobre este asunto, Sergio Aguilera explica así como surgió la idea: “Yo como neuropediatra tengo muchos niños con epilepsia. Y la epilepsia no es solo tener crisis epilépticas y un control con medicación. Muchas veces estos niños, aunque no sufran crisis y estén controlados con la medicación, pueden tener problemas cognitivos, conductuales, de rendimiento académico... y no tenemos marcadores con los que estudiar o prevenir que se pueda complicar a los niños estos problemas de desarrollo. De ahí surge la idea de realizar esta investigación”.

Biomarcadores

El empeño de esta iniciativa es el de tratar de encontrar biomarcadores “que permitan pronosticar si el niño va a tener más crisis o menos crisis o va a desarrollar algún otro problema del mismo modo que hay marcadores en sangre para detectar el colesterol y otra serie de marcadores para detectar otras patologías. Ahora mismo en para la epilepsia no lo hay. Pero ahora está surgiendo un biomarcador que se puede detectar en sangre y hay algunos ‘Micro RNAs’ (una clase pequeña de moléculas) que se pueden asociar a la epilepsia. Y nuestro objetivo es buscar se biomarcador y encontrarlo”, explica el doctor Aguilera.

Por tanto, con ese objetivo bien definido es con el que se van a poner ya esta misma semana manos a la obra en un grupo de trabajo que, debido a lo anteriormente explicado de la búsqueda de biomarcadores, necesita que se lleve a cabo un importante trabajo de laboratorio. Y esto es algo que, según Aguilera, correrá a cargo de “la doctora Carmina Espinós, genetista, investigadora y bióloga del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia. Y es que poner a punto un laboratorio para análisis de ‘Micro RNAs’ no es fácil. Con ella llevamos años trabajando en otros proyectos y por eso queríamos que fuera el alma del laboratorio de todo esto”.

Equipo

Al margen del trabajo de laboratorio, también hay otros muchos ámbitos que abarcar en este proyecto de investigación. De ahí que se haya configurado un amplio equipo que cuenta también con tres neuropediatras, un neurofisiólogo, tres neuropsicólogas y dos psicopedagogos que pertenecen a equipos de orientación del colegio.

Aunque lo mejor de todo es que todos están, según Aguilera, “con muchas ganas de empezar”. Y la verdad es que van a tener que estirar bastante su tiempo dado que tal y como comenta este doctor ejidense, “la fundación que nos da los fondos lleva un control muy riguroso de los mismos y hay que presentar un informe semestral y tiene que estar presentado todo el estudio en dos años. Así que tenemos que ponernos manos a la obra porque no tenemos mucho tiempo porque tenemos que compaginar esto con todo lo demás que hacemos”.

No obstante, lo más importante es que cuentan con los fondos para intentar lograr un gran avance científico.