Los vecinos de la pedanía del Marchal del Abogado (Serón) siguen conmocionados por la pérdida irreparable de un ser vivo que les ha acompañado durante siglos. Desde el pasado enero, la sombra bajo la que han jugado y bajo la que han descansado innumerables vecinos ha desaparecido. El tronco de la encina milenaria que ha acompañado durante generaciones a los vecinos de esta barriada se partió tras la última gran nevada y, con ella, los vecinos han perdido parte de su identidad.
Ahora, una iniciativa de los mismos habitantes de esta barriada de Serón busca hacer eterna a esta encina que estaba catalogada en el inventario andaluz de árboles singulares.
Futuro monumento
Semanas después del incidente, los vecinos han acordado mantener lo que queda del milenario árbol como un monumento-homenaje, además de poder contar con restos del mismo para utilizarla en sus viviendas y que la compañía de esta encina milenaria sigua siendo, de algún modo, parte de su día a día.
“Es una enorme pérdida porque forma parte de la historia y de la vida de muchas personas que hemos nacido y crecido bajo la sombra de la encima y eso, sentimentalmente, es un impacto brutal”, reconoce un vecino del Marchal del Abogado, Manuel Martínez Domene antes de hacer mención a su condición de “árbol milenario y prácticamente único”, también conocido como la ‘Carrasca de la Poza’.
La intención de los vecinos es la de hacer, con parte de la madera sobrante, cualquier utensilio que les pueda servir de recuerdo en sus hogares. “El planteamiento general es que en cada casa quede un recuerdo. Desde una tabla de partir hasta un banco, tableros de madera para hacer bancos...”, describe Martínez.
La rotura del tronco tuvo lugar tras las grandes nevadas de finales de enero, aunque tanto los vecinos del lugar como el Ayuntamiento de Serón aseguran que el árbol también estaba enfermo.
Concretamente padecía la ‘seca del encinar’, un hongo capaz de acabar con miles de especies vegetales distintas en tiempo récord, acabando con la vida de esta encina tras un milenio como testigo de la historia en la Sierra de los Filabres.
Decisión unánime
En este sentido, Manuel Martínez ha asegurado que entre los vecinos hay “unanimidad” para mantener la parte del tronco restante como “monumento” y “plantar algún tipo de árbol y repoblar aquello para que minimice el impacto”, además de “ver si se hace algún tipo de banco con los restos del tronco gordo” y que “toda aquella persona que quiera tener un recuerdo como una table de partir o un banco, por ejemplo” pueda tenerlo.
“Desgraciadamente después de casi 1.000 años nos ha tocado decirle adiós a este árbol”, lamenta también recientemente el alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo. “Es una verdadera desgracia y una pena ver un ser vivo milenario en el suelo”, añade antes de anunciar que respetará la decisión que tomen los vecinos respecto al futuro de los restos de la encina.
Además del recuerdo particular que los vecinos quieran para sus hogares, la intención es que los restos de la encina sirvan para construir un monumento de recuerdo o para mobiliario como un banco en el lugar donde crecía.
Martínez Domene detalla las razones por las que esta pérdida significa tanto. “Es una seña de identidad del paraje. Al Marchal del Abogado no se le conoce si no es por ‘La carrasca de la poza’ porque justo por la base de la encina corría una acequia donde los vecinos lavaban a diario, por lo que aquello ya no va a ser lo mismo”, reconoce antes de describir la imagen actual del lugar: “Todavía está el ramaje disperso por el suelo, pero una vez que aquello se limpie, va a tener un impacto muy importante”, señala convencido.
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