A pocos días de que se celebre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se han conocido los datos del estudio ‘Mujeres víctimas de violencia de género en el mundo rural’, elaborado a instancia de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y realizado por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur).
Las cifras reflejadas en este trabajo sobre las víctimas de la violencia de género y el maltrato es que en Almería, a fecha de la publicación, hay 2.357 casos activos por violencia de género, 640 de ellos en municipios de menos de 20.000 habitantes, el 27%.
Este año, 735 mujeres han interpuesto denuncia por violencia machista en Almería por primera vez; 185 lo han hecho en zonas rurales, cifra que supone el 25% del total.
35 asesinatos
Por otra parte, de los 35 asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o de sus ex parejas registrados en la provincia de Almería desde que se recuentan estos casos, un total de 11 se han producido en entornos rurales, según refleja este estudio.
El subdelegado del Gobierno de España en Almería, Manuel de la Fuente Arias, participó en la presentación del estudio que alerta, entre otros aspectos, de la larga permanencia de las víctimas en situaciones de maltrato, según informa Subdelegación en una nota.
El informe viene a dar cumplimiento a una medida establecida en el Pacto de Estado en materia de violencia de género, aprobado en diciembre de 2017, que ya preveía la realización de un estudio sobre la situación de las mujeres víctimas de violencia de género en el mundo rural para analizar actuaciones policiales, la respuesta penal y la asistencia sanitaria, jurídica y asistencial para este tipo de casos. Previamente, en 2015, una macro encuesta realizada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, alertó de que las mujeres que residen en localidades de hasta 20.000 habitantes son las que, en menor proporción, buscan los servicios de la policía o de los juzgados para denunciar situaciones de violencia.
Este informe destaca, en sus conclusiones, la importancia de intervenir sobre este tipo de delitos en el ámbito rural, ya que queda patente la desprotección que sufren las mujeres que viven en estas zonas. Como ha señalado el subdelegado del Gobierno, “la violencia de género es la expresión máxima de desigualdad y de discriminación contra las mujeres y, aplicado al ámbito rural, es igualmente reflejo de las relaciones de jerarquía, dominación y poder de los hombres sobre las mujeres”.
Aunque no existe un único mundo rural, una única realidad extrapolable a todos los territorios y tampoco existe un perfil concreto, el estudio sí observa ciertos factores de riesgo y situaciones de vulnerabilidad comunes: casi todas las mujeres entrevistadas para este estudio han permanecido en las relaciones de maltrato una media de 20 años. Razones como la dependencia económica, el miedo al qué dirán, el miedo a la reacción del maltratador, el férreo control social y familiar, el desconocimiento de los recursos de protección y atención, o la desconfianza hacia la efectividad de los mismos, son algunos de los argumentos que explican la larga permanencia en esta situación de maltrato.
Más recursos
“El estudio pone, por tanto, de manifiesto la necesidad de aumentar los recursos especializados en violencia de género, agilizar los trámites de divorcio o separación, mejorar la atención de las casas de acogida, y mejorar la coordinación entre recursos, para evitar su re-victimización y mejorar, igualmente, la atención y protección de sus hijas e hijos”, expuso De la Fuente.
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