Elizabeth de la Cruz
14:40 • 27 dic. 2011
Tercer piso, puerta número cinco de los apartamentos Géminis de la Urba en Roquetas de Mar. Allí vivían hasta el mediodía del lunes Yulia Ilina -de 33 años- y su pareja, D.G. -de 61- con la que había compartido más de quince años de su vida, y un hijo de siete, que por suerte no se encontraba en el escenario de esta nueva tragedia por violencia machista que acaba de sumar una víctima más, la número 59 -y la quinta en Almería-, apenas cinco días antes de que finalice el 2011.
Y como muchas de las víctimas, Yulia intentó buscar ayuda, asesorarse e informarse. “Es cierto que había ido al Centro de Información a la Mujer de su municipio, y había recibido terapia psicológica, sabía cuáles eran los recursos. Pero también es cierto que era inmigrante, extranjera, que tenía un hijo menor, es decir, todo el contexto que supone la violencia de género”, argumentaba ayer la directora general del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Pérez.
Mientras tanto, en el balcón de la vivienda familiar, apenas una persiana permanecía entreabierta donde además, un papá noel, asomaba aún al exterior como único recordatorio de que en ese hogar también se ‘celebraba’ la Navidad. Una Navidad que se convertía en la última para esta mujer de origen ruso, que además estaba muy involucrada en el movimiento asociativo de su comunidad en Roquetas, y que mantenía una relación desde los 18 años con quien este mismo lunes pasaba a ser su presunto asesino tras dispararle con una escopeta.
Minuto de silencio
Por ello, tras el minuto de silencio protagonizado al mediodía por los miembros de la Diputación Provincial, en Roquetas de Mar también quisieron recordar a Yulia con el mismo homenaje, en esta ocasión a las puertas del Ayuntamiento, y sus paisanos, compatriotas, amigos y compañeros de la Asociación Cultural Rusa Asbuka, de la que ella era secretaria, se mostraban muy afectados con el terrible suceso. “Julia era nuestra secretaria y toda la comunidad rusa está totalmente apenada y sorprendida con este hecho, y la vamos a recordar siempre así, como era, en esta foto, y queremos que nunca más vuelvan a pasar cosas así”, expresaba emocionada la vicepresidenta del colectivo, Marina Borznkova. De igual modo, los concejales del Ayuntamiento roquetero, liderados por el alcalde y presidente de Diputación, Gabriel Amat, mostraban su más profundo rechazo a este nuevo crimen machista, que ha dejado a un menor, el hijo de la pareja, huérfano y “sin el amparo de sus padres”, recordaba Amat. Y añadía sobre el agresor, “parece que tenía cáncer y ese pudo ser el detonante”.
Tras la realización de la autopsia de ambos, la familia de Yulia pretende repatriar su cuerpo hasta su ciudad natal, mientras su hijo permanece con familiares. Más información en la edición impresa Audio: Soledad Ruiz, directora Instituto de la Mujer
Y como muchas de las víctimas, Yulia intentó buscar ayuda, asesorarse e informarse. “Es cierto que había ido al Centro de Información a la Mujer de su municipio, y había recibido terapia psicológica, sabía cuáles eran los recursos. Pero también es cierto que era inmigrante, extranjera, que tenía un hijo menor, es decir, todo el contexto que supone la violencia de género”, argumentaba ayer la directora general del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Pérez.
Mientras tanto, en el balcón de la vivienda familiar, apenas una persiana permanecía entreabierta donde además, un papá noel, asomaba aún al exterior como único recordatorio de que en ese hogar también se ‘celebraba’ la Navidad. Una Navidad que se convertía en la última para esta mujer de origen ruso, que además estaba muy involucrada en el movimiento asociativo de su comunidad en Roquetas, y que mantenía una relación desde los 18 años con quien este mismo lunes pasaba a ser su presunto asesino tras dispararle con una escopeta.
Minuto de silencio
Por ello, tras el minuto de silencio protagonizado al mediodía por los miembros de la Diputación Provincial, en Roquetas de Mar también quisieron recordar a Yulia con el mismo homenaje, en esta ocasión a las puertas del Ayuntamiento, y sus paisanos, compatriotas, amigos y compañeros de la Asociación Cultural Rusa Asbuka, de la que ella era secretaria, se mostraban muy afectados con el terrible suceso. “Julia era nuestra secretaria y toda la comunidad rusa está totalmente apenada y sorprendida con este hecho, y la vamos a recordar siempre así, como era, en esta foto, y queremos que nunca más vuelvan a pasar cosas así”, expresaba emocionada la vicepresidenta del colectivo, Marina Borznkova. De igual modo, los concejales del Ayuntamiento roquetero, liderados por el alcalde y presidente de Diputación, Gabriel Amat, mostraban su más profundo rechazo a este nuevo crimen machista, que ha dejado a un menor, el hijo de la pareja, huérfano y “sin el amparo de sus padres”, recordaba Amat. Y añadía sobre el agresor, “parece que tenía cáncer y ese pudo ser el detonante”.
Tras la realización de la autopsia de ambos, la familia de Yulia pretende repatriar su cuerpo hasta su ciudad natal, mientras su hijo permanece con familiares. Más información en la edición impresa Audio: Soledad Ruiz, directora Instituto de la Mujer
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