Salvemos Mojácar denuncia el desarrollo urbanístico “salvaje” del nuevo PGOU

La asociación Salvemos Mojácar ha iniciado una campaña contra el nuevo Plan General de Ordenación Urbana proyectado por el Ayuntamiento de Mojácar, denunciando que duplicará la superficie del suelo urbano en la zona de la playa y lo quintuplicará en la zona del "llano interior", destruyendo gran parte de los parajes naturales y los ecosistemas que hacen único al municipio para convertirlo, tal y como señalan, en la "Marbella de Almería".

Todo ello "sin que exista demanda alguna para unos desarrollos que van a ser devastadores tanto ambiental como socialmente, que responden a intereses estrictamente especulativos inaceptables de empresarios, propietarios y políticos concretos", comunican desde el grupo. "Muy al contrario: el municipio tiene miles de viviendas vacías y graves carencias en servicios e infraestructuras como saneamiento, o vertidos, que en modo alguno se plantean resolver con este plan", agregan.

La zona con mayor superficie afectada está comprendida entre la nueva variante costera proyectada en el municipio y la franja urbana de la playa, un espacio situado a los mismos pies de Sierra Cabrera y que constituye una importante reserva de fauna y flora, con especies amenazadas como la tortuga mora y presencia de camaleón, además de animales más comunes como jabalíes y cabras montesas, entre otros.

"La propia Junta de Andalucía reconoció en su día que esta variante costera va a tener un nefasto impacto ambiental, y los vecinos afectados se oponen frontal y unánimemente, como ya estamos manifestando en los recursos correspondientes", se puede leer en el comunicado.

Otras áreas afectadas se encuentran al otro lado de la carretera de subida al núcleo urbano, hacia Cañada Aguilar y más allá "agotando hasta el último palmo de terreno y hasta el confín con Garrucha en Marina de la Torre", denuncian.

La "Marbella" de Almería

En definitiva, la aprobación del plan supondría, según este grupo ecologista, la "destrucción definitiva" del encanto que le queda a Mojácar, convirtiéndola directamente en la "Marbella de Almería", ya que le propinaría al municipio "la puntilla definitiva" a su modelo turístico y social alternativo a la masificación. "Supondría en definitiva echar a quienes desde hace 40 o 50 años estamos en Mojácar porque defendemos y queremos algo distinto a las Marbellas masificadas que han asolado el territorio Español", denuncian.

Todo ello llega, prosigue el comunicado "en un momento en que esta asociación está denunciando, desde 2019 masivos desmontes ilegales, obras de urbanización, escolleras y faraónicas murallas que están destruyendo el paisaje del municipio, además tener masivos impactos ambientales, que el Ayuntamiento en un primer momento ha reconocido para legalizarlos después sin motivo alguno, en las zonas de El Albardinar, La Mata y Cañada Aguilar".

Por ello, piden la suspensión y prohibición de cualquier nuevo desarrollo urbanístico, así como la variante costera, el puerto deportivo, y toda actuación con impacto ambiental en el municipio y exigen en su lugar la aprobación de un "Plan Urgente de Adecuación del municipio que palie los problemas del urbanismo excesivo de las últimas décadas, incluido saneamiento y vertidos, y de los miles de viviendas vacías, y que defienda los valores ambientales, paisajísticos y de un turismo alternativo y sostenible" como marca del municipio.

"Sin demanda de viviendas"

Se trata de "devastadoras obras de urbanización" que se están acometiendo "sin responder a demanda alguna de viviendas", y seguramente van a ser "parajes urbanizados fantasma" que permanecerán "décadas sin desarrollar" en muchos casos, pero "con el daño ambiental ya hecho", denuncian desde la asociación.

El presidente de la asociación, Jaime del Val, ha hecho un llamamiento a los responsables de estos proyectos urbanísticos para que impulsen un modelo de desarrollo diferente en el municipio. "Que tengan un mínimo de inteligencia y que en lugar de cargarse lo que queda de Mojácar, sean capaces de convertirlo en un modelo piloto en un momento global donde hay una máxima sensibilidad y preocupación por la sostenibilidad, en lugar de resurgir los más repugnantes fantasmas de la burbuja inmobiliaria que destruyó España medioambiental y socialmente en su día", exige.