Guillermo Mirón
22:05 • 06 mar. 2012
Hasta cuatro presuntas negligencias sanitarias en tan sólo un fin de semana son las que denuncia la familia de Antonio Mondéjar Pérez (63 años), un vecino de Sierro que murió el domingo por causas que por el momento se desconocen mientras que él y su familia esperaban la llegada de una ambulancia solicitada.
La cadena de acontecimientos funestos comenzó el sábado cuando según Silvia, hija de Antonio, su padre comentó que “se encontraba mal, por la gota”. Ese mismo sábado, una ambulancia lo trasladó hasta el centro de salud de Macael, “en lugar del hospital de Huércal-Overa”, lamenta. “Aunque mi madre dijo que no le pincharan porque una vez le pasó lo mismo y tuvieron que ir al hospital porque se moría, el médico ni le tocó. Le pinchó y le mandó una pomada”, asegura.
Empeoramiento
Una vez que Antonio comenzó con el tratamiento indicado, su familia afirma que “empezó a sentirse muy mal”. Tanto que el domingo por la mañana, el hijo del fallecido y hermano de Silvia, decidió llamar de nuevo al 061, donde le respondieron “que ya había estado en el centro de Macael y que siguiera el tratamiento. Eran alrededor de las doce menos cuarto del mediodía”.
Cuando el hijo de Antonio le explicó lo sucedido a su hermana, esta llamó de nuevo al 061. Silvia cuenta que la respuesta en esta ocasión fue “cójalo usted y llévelo a Huércal”, pero explica que era imposible debido a que su padre “estaba encamado y Sierro es un pueblo con muchas cuestas. Me puse seria y ya dijeron que las ambulancias de Macael y Olula del Río estaban haciendo un servicio y que llegaría en dos horas”. A partir de ese momento, nervios e impotencia. La salud de Antonio sólo empeoraba hasta que “a la una y cuarto” aproximadamente, Silvia recibió la llamada de su hermano. Le contaba que su padre “estaba frío y no respiraba”. Había fallecido y la ambulancia no había llegado aún.
La última llamada se produjo a las tres y diez minutos de la tarde. “Llamé otra vez al 061 y le pregunté por la puñetera ambulancia. Le dije que mi padre ya estaba muerto. Según varios testigos, la ambulancia se presenció finalmente en Sierro a las cuatro menos cuarto de la tarde aproximadamente.
La Delegación de Salud de la Junta abrió una investigación por lo sucedido desde el mismo domingo. De hecho, fuentes de la Adminsitración reconocen que hubo varias llamadas solicitando la ambulancia, aunque han afirmado que desde el 061 no se precisó que la urgencia fuese de “riesgo vital” según la información aportada por la familia.
Investigación
La familia estudia ahora “contra quién” dirigir la denuncia, advierte Silvia, quien insiste en que no quieren dinero, sino justicia y afirma que “el médico tendría que haber mirado para saber de qué había muerto mi padre“, haciendo referencia a la trágica tarde del domingo. “Es una persona, no es un perro. Que la gente a la que le haya pasado algo así lo denuncie, entre todos podremos hacer algo. Nosotros no queremos dinero, sólo que cuando una persona llame al 061 la ambulancia esté ahí en 15 o 20 minutos”, ha reivindicado la hija del fallecido.
La cadena de acontecimientos funestos comenzó el sábado cuando según Silvia, hija de Antonio, su padre comentó que “se encontraba mal, por la gota”. Ese mismo sábado, una ambulancia lo trasladó hasta el centro de salud de Macael, “en lugar del hospital de Huércal-Overa”, lamenta. “Aunque mi madre dijo que no le pincharan porque una vez le pasó lo mismo y tuvieron que ir al hospital porque se moría, el médico ni le tocó. Le pinchó y le mandó una pomada”, asegura.
Empeoramiento
Una vez que Antonio comenzó con el tratamiento indicado, su familia afirma que “empezó a sentirse muy mal”. Tanto que el domingo por la mañana, el hijo del fallecido y hermano de Silvia, decidió llamar de nuevo al 061, donde le respondieron “que ya había estado en el centro de Macael y que siguiera el tratamiento. Eran alrededor de las doce menos cuarto del mediodía”.
Cuando el hijo de Antonio le explicó lo sucedido a su hermana, esta llamó de nuevo al 061. Silvia cuenta que la respuesta en esta ocasión fue “cójalo usted y llévelo a Huércal”, pero explica que era imposible debido a que su padre “estaba encamado y Sierro es un pueblo con muchas cuestas. Me puse seria y ya dijeron que las ambulancias de Macael y Olula del Río estaban haciendo un servicio y que llegaría en dos horas”. A partir de ese momento, nervios e impotencia. La salud de Antonio sólo empeoraba hasta que “a la una y cuarto” aproximadamente, Silvia recibió la llamada de su hermano. Le contaba que su padre “estaba frío y no respiraba”. Había fallecido y la ambulancia no había llegado aún.
La última llamada se produjo a las tres y diez minutos de la tarde. “Llamé otra vez al 061 y le pregunté por la puñetera ambulancia. Le dije que mi padre ya estaba muerto. Según varios testigos, la ambulancia se presenció finalmente en Sierro a las cuatro menos cuarto de la tarde aproximadamente.
La Delegación de Salud de la Junta abrió una investigación por lo sucedido desde el mismo domingo. De hecho, fuentes de la Adminsitración reconocen que hubo varias llamadas solicitando la ambulancia, aunque han afirmado que desde el 061 no se precisó que la urgencia fuese de “riesgo vital” según la información aportada por la familia.
Investigación
La familia estudia ahora “contra quién” dirigir la denuncia, advierte Silvia, quien insiste en que no quieren dinero, sino justicia y afirma que “el médico tendría que haber mirado para saber de qué había muerto mi padre“, haciendo referencia a la trágica tarde del domingo. “Es una persona, no es un perro. Que la gente a la que le haya pasado algo así lo denuncie, entre todos podremos hacer algo. Nosotros no queremos dinero, sólo que cuando una persona llame al 061 la ambulancia esté ahí en 15 o 20 minutos”, ha reivindicado la hija del fallecido.
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