Bajar el volumen de un micrófono es un gesto habitual. Muchos lo
hacen cada día desde su propio teléfono móvil y para quienes
trabajan en medios de comunicación como la radio o la televisión es
el dignificado de que el trabajo ha llegado a su fin. Al menos y
salvo sorpresa de urgencia informativa, hasta el día siguiente.
Sin embargo, cuando
el pasado 8 de diciembre se cerró el micrófono de Radio Olula, este
gesto significó muchas cosas diferentes para cientos de vecinos;
pero lo que no fue, sin ninguna duda, es un gesto más. Porque ese
día Manolo Morata, el locutor que ha estado más de 33 años detrás
de ese micrófono, dedicó sus últimas palabras a su audiencia. Más
de tres décadas en las que ha compartido noticias históricas y
trágicas pero en las que, sobre todo, ha tenido las puertas de Radio
Olula abiertas de par en par. Literalmente.
Asociaciones,
colectivos de todo tipo, políticos con independencia de su color…
Por Radio Olula han pasado miles de voces desde aquel 1989 en el que llegó Manolo Morata y siempre lo han hecho “sin ninguna censura”,
reivindica en esta entrevista apenas seis meses después de su
jubilación.
“Se le ha dado cancha a todas la personas
que han querido hablar en la radio. Nunca ha habido censura, al
contrario que en otras emisoras. Si no hay libertad de expresión, no
sé a quién quieres convencer”, detalla Morata, a quien aún no le
termina de encajar el traje de jubilad, tal y como reconoce. “Me
cuesta porque me encanta la radio y cuesta mucho adaptarse. Sigo
yendo a Olula del Río tras 34 años en el pueblo y me conoce más
gente que donde vivo, que es en Cantoria”.
Cuando
aterrizó en Radio Olula, no lo hizo en cualquier sitio. Era y es una
radio local, sí. Pero también es
historia de la provincia e incluso de Andalucía. “Radio Olula es
quizás la segunda emisora de la provincia de Almería, se fundó
allá por el 1982, cuando sólo había otra radio, creo que Radio
Berja, y está considerada la tercera de la asociación de emisoras
municipales que se fundó a nivel andaluz, que hoy en día son unas
120”, valora quien ha estado al frente de sus micrófonos tres
décadas.
Las personas siempre
han estado en el centro de sus programas, más allá incluso de los
dimes y diretes políticos o de la información más inmediata. Y
esto no sólo se aplica al cariño en forma de rigor para con sus
oyentes e invitados. También al hablar de quienes le han ido
acompañando a lo largo de este camino. Recuerda prácticamente todos
y cada uno de sus nombres. “Empecé esa andadura con chavales con
inquietudes como Diego Cruz, Antonio Martos o Carmen María Lorente
Luego llegó Ana Encinas, Javier romero, Isabel Fernández, José María Cortés, Raquel Pérez, Pepe Martínez… He
creado bastante escuela, ha salido gente bastante buena y que se lo
ha pasado bien”, reconoce.
Empezó como técnico en
Radio Andorra y los vaivenes vitales le llevaron hasta Olula del Río,
ya como locutor. Lo hizo cambiando la filosofía de una emisora que
cuando llegó era casi “de colegio”. Y es que en aquel entonces,
una de las radios con más historia de Almería “no estaba enfocada
como radio” en la que “unos hacían un rato, luego llegaba
otro…”. Recuerda que esta situación cambió tras mantener una
conversación con el entonces alcalde olulense, Eugenio Acosta. “Me
dijo que la quería enfocar bien. Le pregunté si quería poca o
mucha cobertura y me dijo: ‘Con que me escuchen mis vecinos, me da
igual’”.
Ahí arrancó una nueva etapa en Radio Olula
que culminó el pasado mes de diciembre. Casi 34 años tras un
micrófono al alcance de muy pocos profesionales del periodismo. A
aquellos que quieran replicar ese hito, deja a su alcance dos
consejos. El primer es “que lo que digas sea verídico y cuando
tengas una información, hay que tenerla contrastada y no tirar de
oído, que es algo que suele pasar. Que te sabes la canción pero no
la partitura, y está pasando en el mundo de la política y en
nuestra comarca”.
Pero sobre todo,
anima a que quienes realizan esta labor busquen “la forma de llegar
al ciudadano. Cuantas menos palabras técnicas se utilicen mejor,
porque tienes que llegar a todos los sectores: ese es el objetivo de
un buen comunicador”.
Reconoce que los
buenos momentos vividos se desbordan y que los malos no son tantos,
aunque siempre que se han dado estos últimos han llegado “del
campo de la política”. Un mundo, el de la política, en el que
comparándolo con sus inicios, cree que ahora está “más cabreado
todo el mundo”.
Y lo aplica a unos y otros. “Los que
ganan y los que pierden. No hay la armonía de antes. Recuerdo cuando
alcaldes de la comarca como Santiago Pozo en Tíjola, José Antonio
González en Lúcar o Eugenio Acosta en Olula formaron la Comisión
Comarcal Alto Almanzora. Había unión. Han desaparecido del mercado
y ahora son muchos, pequeños y cabreados” pese a que confía en
que “cuando pasen tres o cuatro meses” tras las próximas
elecciones “todo vuelva a su cauce” porque “una comarca unida
puede conseguir muchos de sus objetivos”.
Dice que se ha
jubilado pero sigue leyendo el periódico a diario y hablando con
alcaldes y representantes públicos cada día. No le termina de
encajar ese traje. Cuando termine de ajustárselo tiene claro que
terminará de dedicarse del todo “a la vida contemplativa, como
Mahoma”.
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