Fin a una plantación de marihuana en una zona de tránsito a un centro educativo

La Guardia Civil, en su incesante tarea de lucha contra el tráfico ilegal de drogas y los cultivos de marihuana, ha detenido a un hombre con más de 50 plantas de ‘maría’ en una vivienda con un doble enganche irregular a la red eléctrica de La Mojonera situada en una zona de paso que menores de edad utilizan habitualmente para acudir a su centro de estudios.

Así, según ha indicado la Comandancia en una nota de prensa, la operación tuvo lugar a finales del pasado mes de octubre después de que los agentes de la Guardia Civil del puesto de Vícar tuvieran conocimiento, gracias a la colaboración ciudadana, de la posible existencia del cultivo ‘indoor’. 

A través de diferentes vigilancias en el entorno a la vivienda, los agentes confirmaron la posible existencia de la plantación ante el “característico olor” de este tipo de cultivos y el “incesante ruido” de los aparatos de aire acondicionado, ventiladores y extractores de aire que “de forma permanente se encuentran funcionando”.

Material incautado

Tras recibir el correspondiente mandamiento judicial, se procedió a registrar la vivienda en la que se intervino, además del cultivo, 21 balastros, 21 lámparas de 600 watios, cuatro aparatos de airea acondicionado, tres filtros de olores, tres extractores de humo, siete ventiladores y diverso material utilizado para el sustento de la plantación.

Además, con apoyo de técnicos de la compañía suministradora de energía, los dos enganches fraudulentos a la red de fluido eléctrico fueron neutralizados. 

Y, asimismo, se detuvo al único morador de la vivienda por un presunto delito contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico.

Finalmente, Tanto las diligencias como el detenido se han puesto a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de El Ejido.

Gran peligro de incencio
Desde la Guardia Civil han vuelto a insistir en la problemática e inseguridad que ocasionan los enganches ilegales a la red de fluido eléctrico a los vecinos de las zonas afectadas, que suponen un riesgo real de incendio por el consumo tan elevado que se realiza de energía para maximizar el rendimiento del cultivo ilegal.