“Hay que convertir las bibliotecas en espacios de creatividad”

En el IES Cerro Milano aguardan libros, ideas, chicos y chicas con una poderosa inquietud por la lectura que les ha llevado a ganar el tercer premio “Fomento de la lectura” por sus buenas prácticas docentes para el fomento de la lectura de la Junta de Andalucía. Ese trabajo incesante fomentando el amor a los libros tiene un motor creativo de una fuerza inusual: Pilar Díaz. Esta bióloga pone a los chicos a hacer vídeos para YouTube, puntos de libro de crochet, podcast recomendando libros o escape room para conocer el funcionamiento de la biblioteca.

¿Cómo fue la transición de profesora de biología a coordinar la biblioteca?

En realidad no ha sido tal: nací entre libros. En mi casa había más espacio para los libros que para las personas. Mi madre era profesora de lengua castellana y francés y mi padre era catedrático de árabe en la universidad de Granada y eran muy lectores.

Estaba usted predestinada entonces.

Nosotros (somos cinco hermanos) nacíamos y nos ponían un libro en la mano, era adoración por los libros. La afición lectora me viene por mi padre quiera bibliófilo empedernido. Me encantan los libros, el olor, todo. He intentado los libros electrónicos pero no.

¿Qué le falta al libro electrónico?

Un montón de sensaciones, el tacto, el olor, todo lo esencial. Toda la parte emocional no la tiene, solo lectura, entonces no es una experiencia completa. Con el libro, al ser una experiencia con tantos sentidos y sensaciones hace que quedes absorto, que encuentres un momento de paz, desconectes de lo demás.

No se trata solo de leer entonces.

Si fuera solo lectura no desconectas. El libro es una especie de refugio, es una experiencia global. Mi único dilema con el libro es por el papel, aunque estoy intentando cada vez más comprar libros en el mercado de segunda mano, donde puedes encontrar además publicaciones maravillosas.

¿Dónde encuentra la inspiración para las actividades que emprende con el alumnado?

Tengo claro que hay que convertir las bibliotecas en espacios de creatividad sobre todo manual, también con cosas relajantes tipo meditación activa, pero colectiva. Que no sea un sitio donde no quiere ir nadie. También la oralidad es importante, hablar con los demás pero reposadamente, así paran de mirar la pantalla.

Hay un duro adversario en la tecnología.

Creo que está todo diseñado para que no pienses, para que te distraigas, todo es distracción pero fíjate, los niños están empezando a darse cuenta. El otro día me dijo un alumno que se había borrado Tik Tok del móvil porque le hacía perder mucho tiempo.

Hay esperanza entonces en las nuevas generaciones también.

Algunos están empezando a darse cuenta y nuestra labor está en insistir, no en decir que estos tiempos son así y no hay nada que hacer: sí que hay que hacer y tenemos que estar ahí.

Hay que encontrar formas para atraerles, porque el enemigo es difícil de batir.

Yo empecé uniéndome a él, lo primero que hice fue los vídeos de YouTube. La radio ellos no la oyen pero sí podcasts, pero como ahora todo es tan rápido no pueden durar más de dos minutos. Las grabaciones no pueden superar eso porque si no desconectan.

Perdemos capacidad de atención por este contexto de inmediatez en el que vivimos.

Ya es un hecho comprobado científicamente, se está produciendo un trastorno de déficit de atención en toda la población. Yo tengo un truco: me levanto a las seis de la mañana para leer, porque en ese momento todavía no tengo el móvil incorporado. Lo hago así porque si no no leía, y la vida sin libros es un poco más triste.

¿Le han enseñado algo sus alumnos que no supiera sobre la lectura?

Una lección de humildad. Hay cosas que pensamos que no van a entender, pero cuando una cosa está bien hecha siempre responden. Cuando una cosa está bien hecha, ellos la entienden y les llega directa al corazón.