Qué es la Reserva de la Biosfera de Sierra Nevada y en qué afecta a 23 pueblos

Mucho se ha venido hablando en las últimas semanas y en los medios de comunicación de Almería y Granada sobre la Reserva de la Biosfera de Sierra Nevada, que engloba a 60 municipios de las dos provincias. Pero… ¿qué es exactamente una reserva de la biosfera y por qué se está hablando tanto de la de Sierra Nevada? Una Reserva de la Biosfera es un área designada por la UNESCO como parte del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) que tiene el objetivo de equilibrar la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales. Sierra Nevada tiene esta catalogación desde 1986, antes incluso de recibir la de Parque Nacional.

Estas reservas están destinadas a cumplir tres funciones interrelacionadas: por un lado, proteger la diversidad biológica, los ecosistemas y los paisajes; por otro, fomentar el desarrollo económico y humano sostenible a través del uso racional de los recursos, y, por último, facilitar la investigación, la educación y el intercambio de información.

“En Sierra Nevada encontramos una variedad y cantidad de ecosistemas enorme, debido en primer lugar a su extensión. A la misma altitud, pero en orientaciones y suelos diferentes, varían los ecosistemas, normalmente. El segundo factor es la altitud. Sierra Nevada tiene una representación del piso bioclimático crioromediterráneo (más de 2.900 metros) único por su biodiversidad y su conservación. Esta es la principal razón de la protección de este macizo”, explica Jonathan Sánchez Guirado, director técnico de la Cooperativa Ecomímesis Agentes Estratégicos Ambientales.

Proteger estos ecosistemas es vital para mantener los servicios ambientales que proporcionan, como la regulación del clima, la purificación del agua y la prevención de la erosión del suelo. La reserva incluye comunidades locales que dependen de la agricultura, la ganadería y el turismo. La designación de reserva de la biosfera ayuda a asegurar que el desarrollo en estas áreas sea sostenible.

“La reserva de la biosfera es una herramienta muy útil porque reconoce espacios únicos del planeta que hay que proteger y tiene una serie de herramientas de gestión muy interesantes para poder aplicarlas, así como una base de datos de experiencias también muy útil”, añade Sánchez Guirado.

“Formar parte de la reserva de la biosfera no tiene inconvenientes y en cambio sí tiene ventajas. De lo que se trata es de aprovechar las ventajas y que estas sean las mayores posibles”, explica por su parte el delegado territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Manuel de la Torre, quien pone el ejemplo de que “las empresas que tienen sus productos con la marca del Parque Natural podrán unir, en aquellos casos en los que coincida el territorio, el sello de Reserva de la Biosfera”.

Otra ventaja es que “los municipios que forman parte pueden tener un mayor acceso a líneas de financiación, con fondos específicos para las reservas de la biosfera, pueden formar parte de una red de trabajo, intercambios, colaboraciones, investigaciones, congresos o estudios de desarrollo sostenible y van a tener también más posibilidades de cara a potenciar su imagen de cara al exterior y a otros países”.

En la provincia de Almería pasarían a ser 23 los municipios que integrarían esta Reserva de la Biosfera de Sierra Nevada: Abla, Abrucena, Alboloduy, Alhabia, Almócita, Alsodux, Bayárcal, Beires, Bentarique, Canjáyar, Fiñana, Fondón, Íllar, Instinción, Las Tres Villas, Laujar de Andarax, Nacimiento, Ohanes, Padules, Paterna del Río, Rágol, Santa Cruz de Marchena y Terque. Tras la evaluación de 2022, la UNESCO felicitó por la labor desarrollada y sugirió ampliar el territorio de la misma, incluyendo una mayor presencia del hombre y de actividades socioeconómicas. De ahí que la propuesta de la Consejería de Medio Ambiente haya sido la de incluir un mayor territorio de estos municipios, una ampliación de 300.000 hectáreas.

La gran mayoría se encuentran a favor. “Para nosotros como municipio, formar parte de una red de la UNESCO nos va a ayudar para que la gente de fuera nos conozca y solo vemos ventajas”, reconoce Luis Manuel Martínez Amate, alcalde de Alhabia, uno de los municipios del espacio natural de Sierra Nevada. Aunque también hay algunas voces discordantes, si bien, en muchos casos, se debe a un propio desconocimiento o confusión sobre los términos: “la denominación de reserva de la biosfera coincide en parte con las reservas de los parques, que son las zonas de mayor protección, pero no tienen nada que ver. Las reservas de la biosfera reconocen los valores ambientales y la relación del hombre con el territorio, pero no tienen ninguna restricción o normativa como puede haberla, por ejemplo, en Cabo de Gata-Níjar”, explica De la Torre, quien señala que “hay reservas de la biosfera que pueden tener dentro un aeropuerto, porque están en una isla, y no pasa nada, pero en un Parque Natural o Nacional no puedes tenerlo”. Incluso, el delegado se ha ofrecido a “ayudar a los alcaldes a informar a sus vecinos, porque en muchos casos confunden lo que es la reserva de la biosfera con el Parque Nacional”.

Para la gestión, el delegado apunta a que hay distintas fórmulas, poniendo el ejemplo de la Reserva de la Biosfera de Sierra de las Nieves (Málaga), donde hay una mancomunidad de municipios que es la que se implica. Un modelo de “cogobernanza” que también reclamaban algunos alcaldes como el de Fiñana, Rafael Montes, quien es a su vez coportavoz de los regidores afectados. “Les pedimos que permitan que los alcaldes y las mancomunidades sean las locomotoras de la gestión de la reserva para sus pueblos y habitantes”, explicaba.

La fecha interna era la del 30 de junio, aunque el consejero Ramón Fernández-Pacheco anunció que esta se pospondría ya que, si bien no es necesaria una unanimidad para la aprobación de esta ampliación, sí que la idea es la de que haya “el mayor consenso posible entre todos los municipios”, apunta el delegado territorial. Lo que sí afirma es que “sería una pena perder un reconocimiento de la UNESCO tan bueno”.