Un encantador pueblo rural del Levante Almeriense, se transforma cada
verano en un vibrante centro de actividades y festividades,
convirtiéndose en un imán para visitantes. Tal es así que la
localidad de Lubrín, ubicado en plena Sierra de los Filabres, duplica la población local cada jornada estival. De sus habituales 1.400 habitantes el municipio pasa a acoger a 2.500 personas en temporada estival según el alcalde
Domingo Ramos.
Este fenómeno se debe a la rica oferta de
eventos y la espectacular decoración de las calles, adornadas con
toldos de ganchillo elaborados a mano por las vecinas, así como las
fachadas de geranios.
“Los veranos en
Lubrín son especiales”, destaca el alcalde, quien señala que la
variedad de fiestas y actividades culturales y deportivas son la
clave para este aumento en la afluencia de visitantes. Cada año, el
municipio se propone sumar más calles adornadas con los coloridos
mosaicos de ganchillo.
Este año los mosaicos hechos a
mano se pueden ver en la plaza de Porche y la calle Médico Alberto
Agüero, en la calle Soto Mayor y en un tramo en la plaza de la
Constitución. Este año además también se ha incorporado un tramo
en la calle Cruz y la calle Iglesia, que también rinde homenaje a la
tradición con los tradicionales geranios en sus fachadas.
El calendario
estival arrancó, como cada año, con la festividad de San Juan en la
Rambla Aljibe, seguido de las Fiestas de Santiago y las celebraciones
del barrio del Pocico. Las festividades locales incluyen una oferta
amplia de actividades para todas las edades, culminando con las
fiestas de Saetí programadas para el 17 y 18 de agosto. "Nuestro
objetivo es mantener la tradición y fomentar la convivencia entre
vecinos y visitantes", añade Ramos.
Los habitantes y
turistas pueden disfrutar de un menú diverso de actividades que
incluyen feria del mediodía, carreras de cinta en bicicleta,
procesiones, espectáculos de narración, actuaciones de baile,
juegos tradicionales, y mucho más. Además, se ofrecen clases de
zumba, un festival de hinchables, cronoescalada, cine de verano y
carreras de obstáculos.
Las calles de Lubrín
se llenan de vida y color durante la temporada estival, dejando
instantáneas de un pueblo que, lejos de estar vacío, se convierte
en un bullicioso centro de alegría y tradición. Sin duda, Lubrín
se presenta como un destino imperdible para disfrutar del verano en
su máxima expresión.
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