La Villaespesa vuelve a cerrar las tardes en plena época de exámenes

A partir de mañana, la biblioteca pública Francisco Villaespesa volverá a cerrar todas las tardes de verano hasta mediados de septiembre. Se trata de la segunda ocasión en que lo hace y esta medida vuelve a tomarse en pleno proceso de exámenes, tanto de Selectividad, que comienza en Andalucía el próximo martes, como de universidad.
La medida está tomada desde la consejería de Cultura en Sevilla y afecta de forma homogenea a todas las bibliotecas públicas de la Junta en cada provincia andaluza, sin distinciones de ciudades de interior y de costa, con sus particulares circunstancias.
La decisión fue adoptada por primera vez el año pasado con el entonces nuevo consejero de Cultura Paulino Plata. Entonces se alegaba que en verano “la demanda de los usuarios cae de manera intensa y profunda”, afirmaba un comunicado de la consejería. Pero la verdad es que la medida ignora factores como el crecimiento de población en las zonas costeras, la preparación de exámenes y de oposiciones y la actual crisis económica que llevará a muchas familias a elegir opciones de ocio sin costes como son las bibliotecas públicas.
La medida ya era conocida el pasado viernes por algunos usuarios de la Villaespesa.
Jorge acude por las tardes a preparar los últimos exámenes de 2º de Derecho. “Deberían esperarse a que se acabe la época de exámenes porque son pocos los sitios que tenemos para poder estudiar”, afirma en silencio. El vive en la calle Zaragosa y el lugar le pilla a mano.  No lejos de él, en otro grupo de mesas, un grupo de estudiantes que preparaban las Pruebas de Acceso a la Universidad o Selectividad, llevan viniendo varias semanas. Es el caso de Isabel Escánez.
 “La mayoría de gente con la que he estado estos días se han portado bien y estudian para Selectividad”, afirma. Ella y sus tres amigas prefieren este céntrico lugar a la sala de estudio de la UAL, donde “hay mucho jaleo”. Otro caso es el de Jorge, cubano que se prepara los exámenes para Navegación de FP. No sólo se opone a los recortes de horario sino que propone ampliarlo, sugiere que la biblioteca debería estar abierta hasta las once. “Debiera satisfacer las necesidades de los usuarios”, afirma. Su queja se extiende también al aprovechamiento del espacio físico. “Hay demasiado lugar para las oficinas”, dice.