Javier Pajarón
22:43 • 19 jun. 2012
Un grupo de vecinos de El Puche, agolpados a las puertas de un edificio en la calle Manolo Caracol, se enfrentó a pedradas con agentes de la Policía Local de Almería durante una intervención en un incendio decretado en el número 13 de esa vía.
El suceso se produjo al filo de las dos y media de la tarde. El parque de bomberos envió tres dotaciones ante el riesgo inminente para una familia, un matrimonio y su hija, supuestamente atrapada en la planta superior. El bloque tenía las ventanas de áreas comunes tapiadas por los propios vecinos y el humo se acumulaba causando un grave peligro.
Hasta el lugar se desplazó también una patrulla de la Policía Local que, no sin dificultades, colaboró en el desalojo del bloque, una veintena de personas. La familia fue finalmente rescatada y, según los primeros datos, no habrían sufrido daños personales. Sin embargo, el incendio continuaba activo y los vecinos, curiosos ante tal despliegue de bomberos, se agolpaban en gran número junto al edificio. Algunos fuentes consultadas hablan de “varios cientos de personas”.
Ahí comenzó a gestarse el incidente. La policía local procedió a acordonar la zona para facilitar el trabajo de los bomberos en la extinción de las llamas y, al mismo tiempo, apartar a los ciudadanos del peligro. Mientras los agentes intentaban alejar unos metros a la masa de vecinos se produjeron algunas escenas de tensión.
Fuentes de la Policía Local aseguran que comenzaron a llover piedras y se tuvieron que pedir refuerzos para evitar que un intervención de emergencia acabara con una batalla campal, prácticamente de la nada. De hecho, tuvieron que acudir varias dotaciones de la Policía Nacional a calmar los ánimos. El asunto se saldó finalmente sin heridos. El incendio se produjo por la explosión de un cuarto de contadores, según los primeros indicios.
El suceso se produjo al filo de las dos y media de la tarde. El parque de bomberos envió tres dotaciones ante el riesgo inminente para una familia, un matrimonio y su hija, supuestamente atrapada en la planta superior. El bloque tenía las ventanas de áreas comunes tapiadas por los propios vecinos y el humo se acumulaba causando un grave peligro.
Hasta el lugar se desplazó también una patrulla de la Policía Local que, no sin dificultades, colaboró en el desalojo del bloque, una veintena de personas. La familia fue finalmente rescatada y, según los primeros datos, no habrían sufrido daños personales. Sin embargo, el incendio continuaba activo y los vecinos, curiosos ante tal despliegue de bomberos, se agolpaban en gran número junto al edificio. Algunos fuentes consultadas hablan de “varios cientos de personas”.
Ahí comenzó a gestarse el incidente. La policía local procedió a acordonar la zona para facilitar el trabajo de los bomberos en la extinción de las llamas y, al mismo tiempo, apartar a los ciudadanos del peligro. Mientras los agentes intentaban alejar unos metros a la masa de vecinos se produjeron algunas escenas de tensión.
Fuentes de la Policía Local aseguran que comenzaron a llover piedras y se tuvieron que pedir refuerzos para evitar que un intervención de emergencia acabara con una batalla campal, prácticamente de la nada. De hecho, tuvieron que acudir varias dotaciones de la Policía Nacional a calmar los ánimos. El asunto se saldó finalmente sin heridos. El incendio se produjo por la explosión de un cuarto de contadores, según los primeros indicios.
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