El restaurante de cocina china Pekín abrió sus puertas en los años 70 e inició el camino a los que llegarían más tarde. Numerosos almerienses probaron por primera vez la salsa agridulce y los rollitos de primavera en el restaurante, a orillas del mar. Casi cuatro décadas después, Pekín ha cerrado las puertas del local situado en la calle Jerez, a pocos metros del Paseo Marítimo.
El restaurante formaba parte de la Asociación de Hosteleros de Almería, de la que el dueño se dio de baja a principios de año, al alcanzar la edad de jubilación, después de años de trabajo en El Zapillo y con la añoranza de los primeros años y clientes que se acercaron con curiosidad a degustar un tipo de comida, “mucho más extendido ahora” que cuando inició su andadura Pekín. En este sentido, en la capital existe actualmente una docena de restaurantes de comida china que sobreviven a los malos tiempos gracias a sus precios baratos, además de media docena de establecimientos de comida asiática, y se dirigen “sobre todo a las familias”, el tipo de público que más ha frecuentado durante estas cuatro décadas el local que ahora anuncia su alquiler.
Crece la competencia
La crisis ha llegado, de hecho, a los negocios llegados de Oriente, que parecían inmunes a la mala situación económica enfrentada en bazares y tiendas de ropa y bisutería con un horario competitivo, grandes dosis de trabajo y unos precios muy bajos. En el mismo barrio de El Zapillo se pueden ver cerrados otros dos establecimientos de este tipo, un bazar y tienda de regalos y una tienda de ropa, hasta ahora regentada por trabajadores chinos. Los carteles de alquiler y traspaso cuelgan bajo letreros con letras chinas. “El negocio ha bajado entre un 20 y un 30%”, según datos de un representante regional de comerciantes asiáticos.
Esto unido a la competencia de negocios tradicionales, que debido a la crisis realizan importantes ofertas y rebajas, ha hecho que “muchos de los negocios ya no sean rentables: no hay negocio. La gente compra mucho menos por la crisis y por la competencia», dice el representante.
El cierre de los comercios sorprende, poco tiempo después de que en Almería proliferaran los bazares, e incluso algunos optaran por ampliar sus locales para poder ofrecer una mayor cantidad de productos, de tal forma que actualmente se encuentran tiendas de este tipo de gran tamaño como el Merca Chino en la calle María Casares o el bazar de la Térmica. En los casos de negocios de tipo mayorista, la inicidencia de la crisis es menor.
Se prefieren los pueblos
Es el caso de Multitiendas Hai Ou, que anuncia el alquiler de un local de gran tamaño en la calle Jaúl y permanece abierto en un mucho menor a pocos metros.
También se tiende ahora a abrir comercios en localidades pequeñas. “Muchos comerciantes están abandonando las ciudades, donde se está cerrando un 20% de los comercios, y realizan la inversión en pueblos”, según los datos que se manejan a nivel andaluz. Una tienda de este tipo requiere una inversión de unos 30.000 euros, que son amortizados en el primer o segundo año, añade.
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