Llega el verano y los niños se van de campamento, bajan todos los días a la playa o a la piscina, y están muchas horas jugando en la calle, en contacto con otros niños. Pero esos compañeros de juegos o baños pueden llevar consigo un desagradable polizón que acaba provocando una pequeña infección: los piojos.
Por segundo año consecutivo, los farmacéuticos almerienses están detectando un aumento en el número de consultas y adquisición de tratamientos para eliminar la pediculosis, que es el nombre científico de la infección provocada por la presencia de piojos en la cabellera.
Todo el año
Concha trabaja en la Farmacia Ayala, situada en la calle Bilbao de la capital almeriense; y cuenta que “antes se concentraban las consultas en el periodo escolar, pero desde hace dos o tres años notamos una incremento en verano. El riesgo de contagio se da en cuanto hay contacto entre los niños y en la escuela es evidente. Y en verano los niños se van de campamento, están todo el día en la playa o en la piscina; y son situaciones en las que aumenta el riesgo, sobre todo si hay intercambio de toallas y no se lleva a cabo la necesaria prevención por parte de los padres”.
En ese sentido, esta farmacéutica explica que “hay que utilizar un repelente, por ejemplo, mediante un spray. Se le reparte por el pelo echándoselo a diez centímetros, masajeando la cabeza del niño y luego se peina el pelo con normalidad. Ahora es conveniente cada dos o tres días, para prevenir las infecciones”.
El tratamiento
Una vez que el niño se ha infectado con piojos el tratamiento es muy sencillo. Consiste en un shampoo específico al que se deja actuar durante diez minutos, se aclara, y se aplica una loción en el pelo durante otro cuarto de hora y luego se retira. Y después “se ha de utilizar un cepillo para eliminar los huevos de los piojos, las liendres; que tiene púas metálicas más finas y que están más juntas y con las que se saca del pelo esos huevos blancos. Es imprescindible completar el tratamiento, y si la infección es fuerte, repetirlo a los diez días”.
Concha aprovecha para romper uno de los mitos alrededor de los piojos, ya que “al contrario de lo que se cree, los piojos no buscan el pelo sucio, sino el pelo limpio. Por eso, cuando los niños llegan al colegio con la cabeza recién lavada y uno de ellos tiene piojos, el contagio es más fácil que se produzca. Y ahora en verano, con eso de compartir las toallas entre los hermanos o los primos, pues también se lo ponemos fácil”.
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