José Miguel Delgado es uno de los vendedores de la ONCE a los que los almerienses compran el cupón en su puesto de venta situado en el Paseo de Almería de la capital. A los 36 años tuvo un accidente de tráfico y desde entonces es ciego total. Reconoce que para moverse por otras zonas de la ciudad fuera del centro se hace acompañar por su mujer o su hijo. La razón es que la capital almeriense no está en absoluto adaptada a las necesidades de una persona con deficiencia visual.
José Miguel afirma que “el sistema que había antes en las aceras era mejor para saber que estabas en un paso de peatones o en un cruce de calles, ya que la última fila de losas tenían como unas bolas con las que notabas que llegabas a esas zonas”.
Una pequeña ventaja
Se sabe afortunado dentro de los almerienses con déficit visual, ya que “yo tengo el recuerdo de cómo era la ciudad antes de tener el accidente y eso me sirve para hacer una idea del espacio. Pero un ciego de nacimiento lo pasa muy mal en esta ciudad”.
Habla también de “los pivotes que han puesto en las calles del centro y que cada dos por tres provocan un fuerte golpe en las rodillas. Quien tuvo esa idea para que no aparcaran los vehículos no pensó en los ciegos, desde luego. Porque vas con el bastón tocando a lado y lado de la calle y si no lo toca, porrazo seguro”.
Este vendedor de la ONCE no se olvida de los semáforos, ya que “en el centro de la ciudad no hay ninguno preparado para avisarnos de que está en rojo o en verde. Así que cuando llegamos a uno nos orientamos como podemos. Pasamos cuando creemos que el ruido de los coches pasando ha cesado o cuando la conversación que mantienen dos personas a nuestro lado se aleja porque han comenzado a cruzar el paso de cebra”.
Esa impresión de José Luis la confirma la directora de la Delegación Provincial de la ONCE en Almería, Rosario Sedano, al afirmar que, efectivamente, en la ciudad no hay semáforos adaptados para facilitar que los deficientes visuales puedan atravesar los pasos de peatones. De hecho, hace unos meses un afiliado de la ONCE sufrió un atropello en uno de ellos y ha estado varios meses convaleciente.
Y es que con motivo de los Juegos del Mediterráneo de 2005 se instalaron en el municipio medio centenar de dispositivos sonoros para facilitar la movilidad de este colectivo, “pero no se ha llevado a cabo la correspondiente actualización del sistema o se han desactivado ante las quejas de los vecinos por el sonido que producen”, lamenta la máxima responsable almeriense de la ONCE.
Explicaciones municipales
Desde el Ayuntamiento de Almería se explica que el pliego de condiciones de la concesión de la gestión de la central semafórica, que se llevará a cabo tras el rescate de la Ciudad Digital; incluye la instalación de estos sistemas sonoros con los que los deficientes visuales pueden guiarse para cruzar un semáforo.
Y es posible que se implante una nueva tecnología consistente en que cada deficiente visual puede activar el sistema implantado en el semáforo al llegar a su altura. Así, sólo cuando el usuario pulse el mando que llevaría para ese fin, se activaría el sistema sonoro. De esta forma, sólo funcionaría cuando haya un peatón ciego, con lo que se evitarían las molestias denunciadas por algunos vecinos de la capital.
Tras el verano, ONCE y Ayuntamiento se reunirán para colaborar en este sentido.
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