Hábitats de 1.000 especies vegetales y de la tortuga mora, en peligro de extinción

Hábitats de 1.000 especies vegetales y de la tortuga mora, en peligro de extinción

Mª Angeles Arellano
21:39 • 27 ago. 2012

La Delegación de Medio Ambiente confirmó ayer que toda la superficie afectada por el incendio de Bédar se encuentra dentro del Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Sierra Cabrera, un espacio de gran importancia medioambiental.


Desde el punto de vista florístico su importancia radica en ser una de las zonas de mayor diversidad (el catálogo está por encima de las 1.000 especies) de la Península Ibérica tras el macizo de Sierra Nevada y, por tanto, de la Europa continental. La Delegación de Medio Ambiente destaca que esta gran diversidad se debe a que en este lugar afloran materiales geológicos muy diferentes: rocas volcánicas, yesos, calizas y esquistos, diversidad geológica que contribuye a que se originen formaciones vegetales de elevado interés por su carácter, en muchos casos, endémico o de areal muy reducido.


Alto grado de regeneración
A pesar de que los efectos del incendio han sido graves sobre las comunidades vegetales que pueblan el espacio, desde Medio Ambiente se reconoce que estos son pasajeros, dado el alto grado de regeneración natural que el espacio posee.




En cuanto a la fauna presente destaca la presencia de tortuga mora (Testudo graeca) con poblaciones catalogadas en peligro de extinción. A su vez la presencia de aves esteparias le confiere un interés a nivel nacional, dada la escasez de hábitats similares en la península. Por otro lado, y según ha detallado la Delegación de Medio Ambiente, el elevado número de acantilados favorece el asentamiento como nidificantes de rapaces como el águila real, águila perdicera y halcón peregrino. Destacar, por último, la presencia de algunos mamíferos terrestres como el erizo moruno y la comadreja, representada por la subespecie endémica del sureste ibérico.


“La afectación del incendio a estas especies está ligada a la perdida de vegetación. Si bien vamos a estudiar en profundidad la incidencia sobre la tortuga mora, somos conscientes de que ésta  se encuentra en un periodo de relentización de actividad como consecuencia de las elevadas temperaturas estivales (peridos máximos de actividad primavera y otoño)”, apunta la Delegación de Medio Ambiente.






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