Llega el relevo a la cúpula de Hoteles Playa, el mayor grupo hotelero andaluz, con sede en Roquetas de Mar: el patrón de la compañía, José María Rossell Recasens (Torroella -Tarragona- 1945) cede el testigo a sus hijos, Daniel, director comercial, y José María Rossell Massachs, director financiero.
El fundador, no obstante, conserva aún la presidencia del Grupo aunque en labores más estratégicas que de gestión en el corto plazo.
El reemplazo coincide con la ampliación de capital ejecutada hace unos meses por valor de dos millones de euros para fortalecer el balance de situación de la empresa.
La ampliación ha sido suscrita, aparte de por la matriz familiar Playaventura -que posse cerca del 705 del capital social- por los socios financieros de Rossell, tanto Cajasol (integrada ahora en La Caixa), como por Unicaja, con un porcenteje del 20% y 15% del accionariado respectivamente.
Hoteles Playa espera retorna al cierre de este ejercicio a la senda del benifico tras cerrar 20011 con beneficio cerro. Los dos ejercicios anteriores, la cadena almeriense acumuló pérdidas por las altas amortizaciones y la deuda de tres millones de Marsans.
La compañía, con 28 establecimientos repartidos principalmente por Andalucía con una planta de más de 6.000 habitaciones, incrementó el pasado ejercicio sus ingresos un 2% alcanzado los 113 millnes de euros.
La cadena de José María Rossell ha llevado a cabo en los últimos meses una política de renegociación del precio de los alquileres de los hoteles arrendados. Hoteles Playa tiene en propiedad el 60% de los establecimientos que explota. Suma cerca de 1.300 empleados y 415 millones de valor en libros de sus activos, que le permite asumir la deuda financiera a largo plazo.
La mayor parte de sus hoteles se encuentra en la provincia de Almería y el resto, en su mayoría, se distribuyen por la costa andaluza. También suma plazas nen Madrid y Barcelona con la cadena urbana Senator, y en Canarias.
Sus proyectos de expandirse internacionalmente en Brasil y México, están, por ahora paralizados.
La cadena de Rossell, como el restod e compañías del sector, ha sufrido la crisis en el segmento vacacional, sobre todo por el descenso de la llegada de turistas europeos.
El Ebitda (beneficio de explotación) ya se elevó el pasado año a algo más de 17 millones de euros, según las previsiones anunciadas por el propio presidente.
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