Paisaje a un mes del temporal: mejoran las carreteras pero el barro sigue en Vera

Justo hoy se cumple un mes de la gota fría que cayó sobre el Levante y parte del Almanzora y de los Vélez. Las imágenes que al día siguiente se pudieron ver daban testimonio claro de lo que había ocurrido, de lo devastador de la ríada que se llevó por delante puentes, carreteras, casas, invernaderos y cultivos, explotaciones agrarias y, lo peor y más triste de todo, cuatro vidas humanas.

Hoy, más allá de la bronca política que no cesa, se puede apreciar cómo el esfuerzo de todos va devolviendo lentamente, eso sí, la normalidad a la zona afectada.

Mientras que por un lado, las comunicaciones por carretera van mejorando -el viernes se abrió al paso de vehículos pesados el desvío junto al puente de los Carasoles, en Zurgena, y el lunes abrirá el de la carretera de Pulpí a Huércal-Overa-, el barro sigue presente en las calles de Pueblo Laguna y Puerto Rey, las dos urbanizaciones de Vera que resultaron más afectadas por las inundaciones.

En estos dos turísticos puntos de la costa veratense, el espectáculo llegó a ser dantesco y quizás por eso, resulta casi sorprendente ver algunas zonas, como parte del Paseo Marítimo, que ya presentan un aspecto prácticamente normal y hay bares que han vuelto a colocar las sillas y las pizarras con su oferta de tapas para un público que también empieza a salir de este mal sueño.

Si los cortes de las vías de comunicación han causado importantes perjuicios a los vecinos, los problemas en el abastecimiento de agua potable han sido también motivo de quejas.

Actuaciones de Galasa
Y es que a pesar de las más de 50 actuaciones que la empresa pública Galasa, dependiente de Diputación, ha llevado a cabo en una decena de municipios, aún hay pedanías que siguen sin que llegue agua a los grifos de las casas.

De hecho, el suministro todavía no se ha restablecido en zonas como Úrcal y Rambla Grande, el área más oriental del término municipal de Huércal-Overa, donde los conductos están destruidos y que gracias a la utilización de las infraestructuras de las comunidades de regantes, se está pudiendo dar agua a otras zonas. Aún así, todavía hay núcleos más aislados donde el agua que tienen es la que se le suministra con cubas, informa Carolina Aznar.

También resultaron afectadas las depuradoras de varios municipios y, mientras que, por ejemplo, en la del Campico, en Bédar, Galasa ha resuelto la incidencia, la de Antas sigue fuera de servicio y los destrozos fueron tan grandes que desde Vera se le ha ofrecido la posibilidad de utilizar la suya hasta que puedan afrontar la construcción de una nueva.

Hasta aquí, lo que afecta a las infraestructuras públicas, porque a los particulares les queda aún mucho trabajo por hacer hasta que sus casas, empresas cultivos o granjas vuelvan a la normalidad. Ahora, todos esperan que las administraciones, todas, sean diligentes y pongan en marcha los mecanismos necesarios para que las ayudas que necesitan y a las que tienen derecho les lleguen cuanto antes.