Mujeres con cáncer de mama enseñan a convivir con el tumor a 10 pacientes

Se llama ‘escuela de pacientes con cáncer de mama’. Sus docentes son mujeres que han ganado la batalla a la enfermedad y sus alumnas, mujeres en pie de guerra. El temario lo conforman dudas y experiencias que, por pudor o vergüenza, no suelen compartirse con un médico. Tampoco aparecen en los manuales de Medicina. “Sólo el que lo ha sufrido puede darle respuesta”, apuntan los profesionales sanitarios.

El Hospital de Poniente ha ofrecido por primera vez a sus pacientes la posibilidad de participar en esta peculiar ‘escuela’ donde se ha enseñado a convivir con una enfermedad que lastra el día a día de quien la padece. Tres almerienses “comunicadoras”, adheridas a la Escuela Andaluza de Pacientes y debidamente formadas para esta iniciativa, dirigieron el pasado mes de junio unos talleres “íntimos” en los que se ha hablado sin pudor de aquello que preocupa a una mujer con cáncer de mama y que escapa del tratamiento clínico.

“Se ha tratado con mucha claridad todo lo relacionado con las relaciones sexuales, se ha explicado cómo se debe comunicar a un hijo pequeño la situación, se les ha animado a maquillarse, a llevar pendientes grandes, a descansar mucho después de la quimioterapia y entender que deben dejar de tirar del carro en su familia para mirar por ellas mismas”, ha explicado Paqui Guil, coordinadora de la Escuela en el Hospital junto al cirujano José Fernando Pérez, meros “intermediarios” en un programa que se desarrolla exclusivamente entre enfermos. Al margen del tratamiento, los profesionales reconocen que el apoyo familiar resulta fundamental y que la comprensión de quien ha pasado por lo mismo es inigualable.

Resultados “espectaculares”
Una decena de alumnas ha integrado este primer grupo en la ‘escuela de pacientes’. Son mujeres que rondan los 50 años y que ya han sido intervenidas por el tumor. Aunque con cierta reticencia en una primera toma de contacto, una a una expuso su testimonio y tomó nota de aquello que pudiera resultarle útil en alguna fase del proceso. “Se formó un grupo heterogéneo, compuesto también por familiares”, detallan desde el Hospital del Poniente.

Según se desprende de la encuesta de satisfacción realizada, los resultados han sido “espectaculares”. “He aprendido a llevar mejor mi enfermedad y me llevo mejor conmigo misma”, escribió una de las pacientes. “Me han abierto los ojos y he entendido que hay personas que me pueden ayudar”, relató otra.