A los productos que forman parte de la dieta mediterránea, reconocida ya a estas alturas como ‘Patrimonio de la Humanidad’ por sus múltiples bondades, no paran de salirle nuevos datos que remarcan esa característica de ‘saludable’ que la acompaña.
El Instituto de Urología de Madrid se puso a investigar hace unos meses cómo actuaban de forma combinada dos de los productos más conocidos de esta dieta, el tomate y el aceite de oliva virgen extra. El resultado es sorprendente y es que la ingesta durante tres o más meses de ambos productos resultó mejorar las erecciones de los varones que fueron tratados y que presentaban previamente trastornos leves o moderados de este tipo.
Explicación ‘sencilla’
Juan Carlos Ruiz, director del Instituto de Urología, afirma que la explicación científica de este resultado es “muy sencilla”, y se basa en que el licopeno (contenido en los tomates) tiene un efecto vasodilatador acusado debido a la liberación de óxido nítrico, lo que favorece una mejor circulación sanguínea a todos los niveles, entre ellos en el pene, mejorando la erección.
El estudio ha sido realizado en cuarenta varones a los que se administró diariamente, y durante tres meses, 20 centímetros cúbicos de aceite de oliva virgen extra mezclado con 8 mg de licopeno. El informe resultante indica que más de la mitad de los pacientes que tenían una disfunción eréctil mejoraban su erección tras este tratamiento.
Un problema muy común
Los estudios del Instituto parten del cuestionario ‘Índice Internacional de la Función Eréctil’, una escala multidimensional para la evaluación de esta problema que explora los diferentes aspectos de la función sexual y que estima que actualmente más del 30 por ciento de los varones mayores de cincuenta años sufre algún tipo de disfunción eréctil.
Para la realización de este estudio se utilizaron tomates procedentes de la provincia de Almería, hortaliza que presenta un alto contenido en licopenos naturales, un antioxidante que pertenece a la familia de los carotenoides, pero que el cuerpo humano no es capaz de sintetizar por sí mismo, mientras que si lo hacen algunos vegetales y microorganismos.
La combinación ‘perfecta’
Para que la ingesta de tomate sea efectiva, desde el punto de vista de los efectos beneficiosos del licopeno, debe mezclarse en un medio aceitoso para que pueda ser absorbido correctamente por el organismo humano. Los científicos del Instituto Urológico Madrileño decidieron asociarlo con otro producto clásico de la dieta mediterránea como es el aceite de oliva virgen extra. Y tras comprobar la eficacia de ese ‘maridaje’ indican que “la biodisponibilidad de dicho oxidante es notablemente mayor”.
El resumen de los trabajos realizados por la institución madrileña señala en sus conclusiones que el beneficio del consumo combinado de tomates y aceite de oliva virgen extra alcanza a mñas de la mitad de los afectados por una disfunción eréctil, y que en definitiva mejora la vida sexual de los varones a partir de los cincuenta años de edad.
Este informe y sus conclusiones se une a otros realizados con anterioridad que otorgan al tomate características de verdadero ‘fármaco vegetal’, ya que tiene efectos positivos en el tratamiento o prevención del cáncer de próstata (al frenar la proliferación de células cancerígenas en la zona), en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el fortalecimiento del sistema inmunológico, en daños dermatológicos, en la prevención de las arr
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