Por fin anoche se acabó la espera. Después de doce meses de portarse bien, los niños y niñas de Almería recibieron la visita de los Reyes Magos de Oriente. Sus Majestades pasaron por cada uno de los hogares en los que, amablemente, encontraron agua para sus camellos y algún que otro dulce para reponer fuerzas y seguir con su marcha por todo el mundo. A cambio, dejaron regalos para toda la familia y alguna que otra pieza de carbón para recordar que hay que ser siempre buenos con los demás.
Eso pasó por la noche. Sin embargo, la visita de Melchor, Gaspar y Baltasar comenzó mucho antes. Minutos antes de las seis de la tarde ya se subían a sus camellos y comenzaban su descenso desde la Alcazaba de la capital hasta la Plaza de la Constitución acompañados por cientos de pajes y miles de almerienses de todas las edades, ansiosos por verlos de cerca.
Sin embargo, hubo quienes decidieron esperarles en la propia Plaza Vieja que, por primera vez recibía los discursos de la Noche de Reyes. De hecho, más de un despistado no descubrió este cambio hasta llegar al habitual escenario de la Plaza de la Catedral y encontrarse con el lugar completamente desierto. Aunque no era difícil averiguar por dónde iba pasando la Comitiva Real.
A su llegada, la Plaza Vieja estaba ya repleta de almerienses, llegados de toda la provincia para ser testigos del momento. Una vez en el balcón del Ayuntamiento, cada Rey estuvo acompañado de una de las personalidades implicadas en el acto. Melchor con el obispo, Adolfo González; Gaspar, con el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador; y Baltasar con el concejal de Fiestas Mayores, Juanjo Alonso.
Por cierto, que Sus Majestades guardaban una curiosa ‘similitud’ con tres personalidades de la sociedad almeriense. Melchor tenía cierto ‘parecido’ con Andrés Asensio, director de Cáritas; Gaspar, con el periodista Cristóbal Cervantes; y Baltasar, con el presidente de Cruz Roja Almería, José Carlos Sánchez. Después de las intervenciones del obispo y el alcalde y, tras leer el fragmento de la Biblia en el que se narra la llegada de los Reyes Magos a Belén, tomó la palabra el Rey Gaspar, entre aplausos y gritos de niños.
Habló Su Alteza en su nombre y en el de sus compañeros. Así, de parte de Melchor quiso trasladar palabras de solidaridad a mayores y niños. Recordó, de este modo, algo tan evidente como que “hay que vivir sencillamente para que otros puedan, sencillamente, vivir”. Por su parte, Baltasar también quiso hacer hincapié en que lo importante en estas fechas es compartir y donar, “porque donar lo cambia todo”. Por útlimo, el Rey Gaspar dio las gracias a todos los presentes y al propio Ayuntamiento de Almería por dejarles volver. Además, agradeció a todos “por creer en nosotros”.
Entre los regalos que trajeron, además de 10.500 kilos de caramelos, se encontraban cosas tan básicas como la solidaridad, la humildad, la felicidad y “los besos de los seres queridos”. Después de estas intervenciones, Sus Majestades volvieron a sus camellos pero, esta vez, con la intención de cambiarlos por las imponentes carrozas que recorrieron las calles de la capital. En total, fueron 13 las carrozas que partieron desde el Auditorio de la Rambla en la tarde de ayer para el disfrute de más de 50.000 personas.
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