Onofre Sánchez, almeriense por el mundo: “Vivo en México por un viaje a EE.UU., la gripe aviar y la crisis”

Alicia Amate
21:56 • 19 ene. 2013

Ni el mejor de los guionistas habría podido idear una vida ficticia tan llena de anécdotas  como la auténtica de este vecino de Pulpí que, hace ya casi 20 años, decidió que el mundo era muy grande y había demasiadas cosas que ver.
“Llevo en México fijo desde 2007 aunque la primera vez que aterricé aquí fue en 1996”, comienza Onofre la historia de su vida viajando de país en país enseñando cómo construir invernaderos “como buen almeriense”.

Ha vivido temporadas, por motivos laborales siempre, en Uruguay, Colombia, República Dominicana, Brasil, China o India, entre otros países. De hecho, en India vivió una experiencia casi de película motivada por los tabúes de la cultura hindú.

“Fui a trabajar a India con un contrato de 20 días pero se amplió y acabé viviendo allí seis meses”, cuenta. Durante ese tiempo, como apenas podía relacionarse con la gente “porque el idioma es complicado y no dominaba bien el inglés” comenzó a navegar por Internet. Fue así como conoció a una mujer venezolana con quien pretendía encontrarse en España. Sin embargo, “mi cliente me dijo que la invitase a India en vez de ir yo”. Así que, de pronto, se vio viviendo en su apartamento con ella durante varias semanas. “Fue una locura por su parte y por la mia”, reconoce.

Pero la historia no quedó ahí. “Un día, llegó mi cliente diciendo que su familia no veía bien que compartiésemos piso siendo solteros”, comenta entre risas, así que le propuso a su ‘cibernovia’ casarse por el rito hindú para “tranquilizar a la familia”.

“Yo creía que iba a ser algo discreto pero nos prepararon una ceremonia ritual con ropa tradicional incluida”. Lo mejor de aquello fue que “nos mandaron de viaje de novios al Taj Mahal”, que él no conocía y para ella, arquitecta de profesión, era un sueño cumplido.

Una relación que terminó después de varios años en los que convivieron en España. “Seguimos teniendo una buena relación pero ella quería volver a Venezuela por sus hijas y yo no estaba dispuesto a asentarme en aquel país”, dice Onofre que, además, es bastante consciente de la situación política los lugares que ha visitado.

“Viajaba a Colombia cuando estaba prohibido ir por la guerrilla aunque la situación en México no se queda atrás”, cuenta.Vive tranquilo, aunque también ha pasado miedo. 

“Aquí en México solo he tenido miedo una vez. Conocí a un chico de Torreón al que le daba trabajo como mano de obra. Un día, cuando iba a trabajar desapareció junto con otro compañero y nunca más hemos sabido de él y su acompañante apareció muerto”.

Es la realidad que el turismo no permite conocer de ciertos países. “Lo que llega a España es la mitad de lo que realmente ocurre”, asevera este pulpileño que cumplirá los 50 en febrero.

“Siempre me he juntado con los trabajadores de los países que visito así que conozco la realidad de cada país”, explica. A ello se suma su propia inquietud personal que le ha llevado a conocer casi a la perfección el terreno y más ahora que “con las distancias que hay en estos países no me da pereza conducir cinco horas”.

Por ahora asegura que se queda en México “aunque jamás pensé que viviría aquí, apostaba más por República Dominicana, por ejemplo” pero un viaje a Estados Unidos, la gripe aviar y la crisis económica hicieron que se asentase en tierras mexicanas.

“En un viaje a Estados Unidos comencé a hacer negocios con un mexicano pero, justo cuando íbamos a poner en marcha la empresa, surgió el caso de la gripe aviar y se cerraron todas las puertas y yo me quedé aquí sin saber qué hacer”. En España, además, había estallado la crisis financiera y “mi familia me decía que si podía mantenerme aquí, mejor. Que no volviera”. Después fue su hija  la que se mudó a México con él. “Aunque me cuesta bastante, estudia en una buena escuela y tendrá  muchas  más oportunidades aquí que en España”.







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