Almería puede presumir de ser una ciudad con aire limpio. La contaminación por tráfico rodado no alcanza niveles preocupantes. Así queda registrado en los datos que, a diario, recoge la Red de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica de Andalucía. Aún así, no siempre respiramos un aire de la mejor calidad y quienes más lo resienten son quienes padecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Los vientos y las partículas en suspensión que arrastran y niveles altos de ozono son las principales ‘desviaciones’ de la pureza del aire en la capital. Algo que, sumado a la humedad, acaba por perjudicar algo más a algunos enfermos crónicos como son los asmáticos bronquiales.
‘Año del Aire’ en Europa
De cualquier modo, lejos está Almería de ciudades como las de Europa del Este o las grandes capitales europeas. Precisamente, la contaminación del aire y los perjuicios que acarrea a la salud ha llevado a la Comisión Europea a declarar 2013 como ‘Año del Aire’.
Sustancias como el dióxido de nitrógeno, el ozono y especialmente las partículas en suspensión causan cada año en la Unión Europea más de 400.000 muertes prematuras derivadas de enfermedades respiratorias o cardiovasculares, y reducen la esperanza de vida dos años de media en las regiones y ciudades más contaminadas.
‘Epidemia’ a controlar
Son cifras oficiales que maneja la Unión Europea y que habla de la contaminación atmosférica como de una epidemia que hay que controlar.
En Andalucía, la Red de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica, que depende del área de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, mide de forma habitual valores como el dióxido de azufre, las partículas en suspensión, el dióxido de nitrógeno, el monóxido de carbono, el ozono y el ácido sulfúrico.
En la capital almeriense, las zonas con peores valores de calidad del aire están vinculadas a las grandes vías de comunicación, como son La Rambla o Carretera de Ronda, donde la calidad del aire se ve afectada por la cantidad de vehículos que pasan por la zona a diario.
Lo peor, el tabaco
No obstante, los neumólogos no observan una consecuencia directa entre esta contaminación y los enfermos crónicos de EPOC, por ejemplo. Bajo estas siglas se engloban el enfisema y la bronquitis crónica. Dos de las enfermedades que, de forma más habitual, pasan por las consultas de Neumología de Torrecárdenas y que, no se puede olvidar, tienen en el tabaco el principal factor etiológico.
Así lo explica el responsable de la Unidad de Neumología del Complejo Hospitalario de Torrecárdenas, Gustavo Villegas, que sí señala que estos enfermos “pueden empeorar con la contaminación”.
Algunos incluso observan un empeoramiento con determinados vientos, pero, sobre todo, son enfermos que con la bajada de las temperaturas ven agravar sus síntomas. De hecho, enero y febrero son meses de aumento de hospitalización entre los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas.
Asma bronquial y alergias
La contaminación también afecta, por otra parte, a quienes padecen asma bronquial. Una dolencia que llega vinculada a las alergias. De cualquier modo, el neumólogo jefe de Torrecárdenas asegura que la contaminación en Almería no se vive como un problema. En parte, por su proximidad al mar.
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