Jonathan Moya, juzgado otra vez por estafa: “Pensé que habría prescrito”

Jonathan Moya, juzgado otra vez por estafa: “Pensé que habría prescrito”

Javier Pajarón
20:21 • 25 feb. 2013

Jonathan Moya, presunto secuestrador y asesino de la pequeña onubense de 16 meses, declaró por segunda vez en una semana ante el titular del Juzgado de lo Penal número Uno de Almería, Luis Columna. El magistrado le castigó el viernes con una condena de un año de prisión por una estafa en la compra y venta de un vehículo en 2008 y ayer, en una vista celebrada en la Ciudad de la Justicia, volvió a escuchar las explicaciones de Moya en un caso prácticamente calcado. 



El relato de los testigos y un desliz del acusado podrían decantar la balanza hacia una nueva condena. “Pensé que cuando saliera el juicio esto ya se habría arreglado o habría prescrito”, declaró ante el tribunal. Moya se enfrenta a una pena de cárcel de dos años y medio por apoderarse de un coche valorado en 3.000 euros en diciembre de 2009. Nunca pagó. La fiscal pide para una pena por estafa agravada por la reincidencia. “La condena previa por un delito similar pone de manifiesto su escasa credibilidad”, señaló en sus conclusiones.



El historial del joven así lo justifica. Sin abordar el crimen de Míriam en Abrucena en diciembre, asunto por el que cumple prisión preventiva en El Acebuche, Moya acumula un puñado de causas. Además de los dos juicios mencionados, tiene pendientes dos vistas por supuestos fraudes (una fijada para abril y otra pendiente de señalamiento, en un asunto en el que se hizo pasar por policía). De momento, el acusado espera la sentencia del juicio celebrado ayer y, a diferencia de semana pasada, pidió conocer el resultado personalmente en la sala.




Régimen de protección en la cárcel


Cuando los agentes de la Guardia Civil arrestaron a Jonathan Moya en el cortijo de su padre en Abrucena el 27 de diciembre de 2012, acusado de la muerte de Míriam, la investigación judicial pasó a tener una responsabilidad adicional: la protección del detenido. Desde las primeras horas, Moya fue trasladado a las dependencias de la Comandancia de Almería para garantizar las condiciones del interrogatorio y evitar posibles "interferencias" en el cuartel de Fiñana, localidad muy cercana al lugar donde se halló el cuerpo de la pequeña onubense.





El Juzgado de Instrucción número Tres de Almería decretó un día después el ingreso en prisión de Moya junto a su amigo Raúl R. F., también arrestado en la operación del Instituto Armado. Desde ese momento, ambos permanecen en un régimen de seguridad en el centro penitenciario almeriense de El Acebuche que, aunque no supone un aislamiento total, sí tomas precauciones en el contacto con otros reos. Funcionarios del centro hablan de “curarse en salud”. No obstante, no es la primera vez que Moya pasa por prisión. Ya cumplió condena el año pasado en dos etapas (Vigilancia Penitenciaria revocó una libertad condicional que se le concedió). Salió en el mes de julio.


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